Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Importantes avances se dieron con la visita a México de veinte horas de la vicepresidenta de EU, Kamala Harris, en la nueva relación bilateral entre ambas naciones.
Se cumplió un estricto programa de seguridad de la funcionaria norteamericana y su delegación, bajo estrictas medidas de protección por lo que se blindó gran parte del centro histórico de la ciudad de México.
Los acuerdos de EU con México y los diversos países centroamericanos, incluyen apoyos económicos para frenar la migración y fortalecer los aspectos laborales en cada país de la región.
También, la exigencia número uno, es a que se frene el tráfico de personas en toda la región, para lo mismo se otorgan importantes apoyos económicos.
Kamala Harris, con todo el apoyo del presidente de EU, Joe Biden, comienza a recomponer todo el desorden que propició en estos países el pasado gobierno republicano, que centralizó presiones políticas y de amenazas, fuera de la excelente relación que ahora se recomienza a dar con el gobierno demócrata de forma más firme, pero también más humanizado.
Se trata, entonces de un buen comienzo y de positivos mensajes para reiniciar una relación con bases muy firmes en el entendimiento, el respeto y la colaboración entre México y Estados Unidos.
En otro asunto, el presidente AMLO, entró en una fase del descenso de su mandato como algo normal en los gobiernos de este país, por lo que se esperan pronto cambios en su gabinete para recomponer las acciones y focalizar las fallas naturales de las dependencias que llegaron a su principio de Peter, y ahora se deben de fortalecer diversas áreas para terminar el segundo periodo de tres años con avance en la gobernabilidad, y atender las demandas de la población en materia de seguridad en todo el país.
Algo muy notable, es que el presidente AMLO, se sigue mostrando interesado en los temas de su partido, que por lógica tuvo una reconfiguración a la baja, y se perdieron muchas posiciones y ahora el panorama de la geografía del territorio nacional en el tema de partidos políticos, entró en una fase de mayor equilibrio de los pesos y contrapesos con la elección del domingo,
Los expertos, creen que de forma natural el presidente entra en esa inercia de descenso, hacia una parábola de caída que se da como un agotamiento de siempre en los gobiernos nacionales después del tercer año de mandato.
Por eso, los cambios en el gabinete son obligados y requeridos, para entrar en una faceta de mayor conciliación y suavidad en las relaciones con gobiernos y partidos políticos, sin banderas o colores.
También, los expertos creen que el presidente López Obrador, debe dejar de ver como enemigos a medios de comunicación y a los grupos empresariales, porque no debe olvidar su posición de estadista en lugar de verse como jefe de partido político. Porque se debe mostrar como el presidente de todos los mexicanos.
Los analistas creen que el ciclo del triunfo y ascenso al poder presidencial de AMLO, debe seguir un sexenio, más porque esa dinámica es imparable, y por eso se comenzaran a dar esos clásicos reacomodos en donde se dará juego de forma natural a los tres más fuertes y visibles candidateables, y aspirantes presidenciales en el 2024, como son, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal, en donde al político zacatecano se le ve con mayor fortaleza de conciliación y de un político, que puede ser el puente definitivo para lograr el fin de la polarización en el país.
Y que, por lógica, la polarización se registró como un efecto de los grupos empresariales y de partidos políticos que en bloque andan haciendo una contra al político tabasqueño desde el inicio de su mandato y por eso, al político zacatecano se le ve cerca de Bucareli ahora como una medida necesaria y obligada en su habilidad de conciliador natural. Así las cosas.