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CDMX, 11 de abril de 2021.- El Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha mejorado la calidad de vida de diversos pacientes con Parkinson mediante el tratamiento neuroquirúrgico de estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés), que controla con pequeñas frecuencias los síntomas de esta enfermedad crónica.
Hace 15 años al señor Mario Olvera Cárdenas, de 64 años de edad, le colocaron un electrodo neuronal, ya que presentaba síntomas de rigidez a causa del Parkinson. Con este procedimiento mejoró su calidad de vida y actualmente continúa con un óptimo tratamiento por parte del personal de salud del Hospital de Especialidades “Dr. Bernardo Sepúlveda Gutiérrez”.
El señor Mario es monitoreado periódicamente mediante una tableta electrónica para conocer el estado de la batería del electrodo y del estimulador, además de realizarle pruebas físicas para valorar el progreso del procedimiento.
Después de levantar un par de veces su brazo izquierdo, y de abrir y cerrar los dedos de su mano sin que hubiera movimientos involuntarios, se figuró una sonrisa en el rostro del derechohabiente.
Su hijo, Óscar Olvera Olguín, expresó que el procedimiento neuroquirúrgico le permitió a su papá caminar y valerse por sí mismo, “él tiene mucha confianza con los médicos que lo han atendido”.
El doctor Carlos Fredy Cuevas García, director general del Hospital de Especialidades, del CMN Siglo XXI, señaló que el Parkinson es un padecimiento neurodegenerativo dentro del sistema nervioso central que afecta a personas mayores de 55 años, con un impacto global de 10 millones de pacientes con esta enfermedad.
Precisó que en México existen alrededor de 300 mil pacientes y en el Seguro Social son atendidos la mayoría de los pacientes que buscan servicios en la materia dentro de las instituciones integrantes del Sistema Nacional de Salud.
Destacó que la UMAE es pionera en el desarrollo de la modalidad quirúrgica para la enfermedad de Parkinson, la estimulación cerebral profunda, cuyo diagnóstico se hace con criterios clínicos, estudios de laboratorio, de gabinete y resonancias magnéticas, ya que habitualmente en el 80 por ciento de los casos se tiene que iniciar con tratamiento médico.
Explicó que para la cirugía se realiza una resonancia que sirve para calcular en dónde se insertarán los electrodos estimuladores dentro del cerebro; posteriormente se abre un orificio en el cráneo y se localiza el punto exacto para colocarlos. La intervención se realiza con el paciente consciente para que colabore con el equipo quirúrgico en precisar los niveles óptimos que generen una respuesta favorable.
Añadió que después, con anestesia general, se colocan debajo de la piel, por la parte de la nuca, los conectores que lleguen a la batería que suministra la estimulación eléctrica, la cual se injerta a la altura de la clavícula o del pectoral del paciente.
Cuevas García puntualizó que para que una persona sea candidata a recibir el procedimiento de DBS debe tener más de cinco años de enfermedad, contar con una respuesta favorable al tratamiento farmacéutico y presentar variaciones en la intensidad con que se presentan los síntomas del Parkinson.
“Un paciente, por ejemplo, que tiene temblor, para nosotros va a tardar 20 o 30 años en progresar, en avanzar y empeorar; un paciente que empieza rígido, que se cae frecuentemente, nos preocupa porque en cinco años o menos puede tener problemas de caída y estar discapacitado”, indicó.
El doctor Carlos Fredy Cuevas abundó que si la elección del paciente para recibir el DBS es la adecuada, arriba del 70 u 80 por ciento mejoran su calidad de vida en los siguientes 10 años, mediante seguimiento médico continuo.
A su vez, el doctor Jesús Fonseca Cosío, neurocirujano funcional adscrito al servicio de neurocirugía del Hospital de Especialidades CMN Siglo XXI, comentó que ver el progreso de sus pacientes, como el señor Mario Olvera, genera satisfacción, la mayoría están muy agradecidos por recuperar su calidad de vida, al poder hacer tareas tan sencillas como bañarse o comer por su cuenta.
“Hay personas que incluso se aíslan de la sociedad porque les da pena que los vean que tienen temblor o que no pueden realizar su marcha de manera adecuada, entonces es una readaptación social y uno como médico es una satisfacción enorme que el Instituto pueda proveer de estos recursos a nosotros como médicos y a los pacientes para mejorar su calidad de vida”, dijo.
Fonseca Cosío explicó que el Parkinson es una enfermedad donde se presenta una pérdida de dopamina en el cerebro y por lo tanto los pacientes pierden el autocontrol de sus movimientos, ya sea por rigidez o por exceso de temblor, y se les dificulta realizar sus actividades cotidianas como abotonarse una camisa, lavarse los dientes, comer, caminar, bañarse, entre otros.
Refirió que en el marco del Día Mundial del Parkinson, que se conmemora este 11 de abril, es importante concientizar a la población sobre los diversos trastornos del movimiento por ser padecimientos crónico degenerativos, sobre todo cuando la esperanza de vida ha superado los 65 años y estas enfermedades son más frecuentes entre la población adulta.
“El Parkinson es una enfermedad crónico degenerativa que merma sumamente la calidad de vida de los pacientes y afortunadamente el Instituto Mexicano del Seguro Social nos da capacitación a los médicos, nos da los recursos para ayudarlos, y también le da a ellos estos recursos y los medicamentos que ellos necesitan”, aseguró.