Raúl López Gómez/Cosmovisión
Después de un año de la letal pandemia que comenzó a atormentar al mundo, pero que después de aquella sumisión al enojo de los acontecimientos al aislamiento que en México se inició en el mes de abril, y se llevó con ello ilusiones laborales, sueños de crecimiento personal y el empleo anhelado a muchos también en todo el mundo.
En esos días de guardarse en casa y de salir sólo a lo necesario, llegó la invitación como siempre afectuosa y de mucha confraternidad de mi maestro de toda la vida y que lo fue en la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, colega y amigo, doctor Francisco Blanco Calderón, dio el consejo de ser casi una orden: “participa en esta videoconferencia”, que de inmediato me sacó de aquel ostracismo de estar viendo todos los programas musicales y las series y películas en la televisión nunca antes disfrutados, y que ya había provocado el hastío por el paso de las semanas de forma muy lenta.
Se trató de una conferencia con el destacado consultor español, Antonio Sola, y la dirección de correo para la inscripción era la de Miguel Molina, que a mí me sonó como un homónimo de aquellos años de la televisión incipiente en el estado de Veracruz, en el Canal Cuatro Más de bellos recuerdos hoy RTV de Veracruz.
“Amigo Miguel Molina me pidió mi maestro el doctor Francisco Blanco Calderón, participar en esta conferencia de Antonio Sola, y te pido de favor la inscripción”, y sin ninguna duda esperé deseoso la respuesta muy cálida del colega de aceptación: y le respondí muchas gracias.
Le correspondió a mi nieta Alynn de siete años de edad, que se encontraba en ese tiempo radicando en una ciudad al sur del país, me diera la asesoría para el uso de la tecnología de la plataforma de zoom, muy animado por conocer al gran consultor español Antonio Sola, que para los que le hemos seguido en su larga trayectoria profesional en el marketing político y la comunicación política, nos significa en la comparación respetuosa el número uno de las campañas políticas en muchos países del orbe.
Llegó el día anhelado listo para la videoconferencia con muchos participantes de expertos y colegas latinos de toda una agrupación de confraternidad entre unos y otros.
Por primera vez escuché en directo a Antonio Sola, en donde me tocó ver como salió al mundo en momentos álgidos del aislamiento por la pandemia del Covid-19 a dar un mensaje humano, en donde exigía pronta respuesta de los líderes del mundo a no postergar las acciones de control y de atención en favor de toda la gente, pidiendo especialmente por los pobres, las mujeres, los niños y las personas de la tercera edad, además de elevar su demanda en contra de los países en donde proliferan aquellos problemas de mayor exigencia entre la población.
En el ritmo de la redacción que nos enseñaron en los tiempos de la Facico en la UV y de los grandes compañeros periodistas de aquellos tiempos del inicio en el diarismo y la labor reporteril, fui escribiendo en el momento en que Antonio Sola, dio amplia explicación en torno a la problemática que estaba afectando a millones de seres en un mundo que se había detenido por los efectos letales de una pandemia desconocida.
Antonio, a partir de ese momento sacudió a las conciencias de mucha gente, pero lo más importante que su mensaje llegó al fondo del corazón y de la mentalidad quizás menguada de muchos –como quien esto escribe- y que a partir de ese día levantó el ánimo quebrantado para contagiarse, sí de ese gran mensaje de liderazgo sano, para seguir abundando con mucho interés en la ayuda a los otros en torno a la situación grave de tristeza y del temor de desaparecer de un momento a otro, o simplemente en cualquier momento de padecer del contagio.
El escribir aquella primera conferencia en donde vi de forma personal –virtual—a Antonio Sola en su mensaje de contundencia en que dio a conocer de todos sus apuntes en una libreta a los primeros días de la pandemia y del aislamiento obligado en todo el orbe.
A partir de aquel día, se dio la unidad afectuosa con muchos amigos, colegas y maestros a seguir participando en sus diversos eventos en donde el mensaje de la humanítica como una nueva forma de atender a las demandas de la gente en un mundo que anticipó Antonio, venia en una dinámica de cambio que obliga a todos a cerrar aquellas grietas que dividen a los seres humanos.
Hoy con el mensaje de Antonio Sola, quien se da tiempo para ser el presidente de la Fundación Liderar con Sentido Común, y de ser un ciudadano del mundo de pensamiento universal, que no para en su movilidad de hacer lo que realiza con mucha pasión como comunicador y que ha perfeccionado y estudiado a profundidad en el marketing político y las campañas políticas, con un nuevo sentido de compromiso social, en donde hace un llamado a cambiar de los tiempos en donde antes se buscaba hacer ganar elecciones de quienes hacían falsas promesas incumplidas, y ahora se dio un cambio al impulso de quienes asuman un verdadero compromiso con la solución real de las grandes problemáticas que afectan a le gente, en cada ciudad o país en forma muy especial “abrazando causas comunes”.
En este recorrido de más de un año, hoy Antonio Sola, en los días santos, hizo un alto para despedir a un ser querido, y ante el homenaje que hacemos a todos nuestros seres queridos, de amigos, de colegas y compañeros que han partido en este tiempo, las palabras de solidaridad para él y su familia, en este momento de fe cristiana, que como un bálsamo de fortaleza a todos los que nos ha tocado ofrendar el corazón en cada vida que se apaga, pero que nos han dejado una luz y ejemplo de lucha, para seguir en el camino.
En momentos en que todos aprendimos, entre unos y otros a darnos los abrazos de forma virtual y de los mensajes sinceros de solidaridad de la fe cristiana, llenos de energía, por tener la fuerza de vivir en estos tiempos difíciles. Así las cosas.