Raúl López Gómez/Cosmovisión
Se trata, de un modelo de un agotado, caduco y anquilosado, el de la vieja democracia, que desde hace muchos siglos permanece en el mundo desde el antiguo imperio romano, y sigue vigente, pero perdió el nivel de positividad.
Desde aquellas épocas de persecución y represión, el sistema no ha cambiado para mejorar, incluso se ve ya muy empeorado, porque la democracia agoniza ante la falta de autocrítica y de consensos para buscar en el servicio público, el no medrar con el poder en perjuicio de los ciudadanos y de toda la población.
En ese modelo agotado, es en el que se debaten los poderes de los gobiernos del mundo en donde se sigue con el “Ave Cesar” y continua vigente “el pan y circo”, aunque el estigma de vox populi, voz dei (la Voz del Pueblo, es la Voz de Dios) se deja a la deriva, porque en todo el orbe, sigue permeando los gobiernos totalitarios y caducos, a los que las gente tiene que enfrentar con dolor y el rigor de las políticas públicas ausentes de humanismo, y en donde la simulación y el ostracismo es parte de un juego perverso desde el poder.
Pero algo importante, los ciudadanos tienen en sus manos un legítimo derecho que es el del voto y en esa forma en todo el orbe, se han visto las caídas de esas torres, que por más altas que sean se han ido derribando a través de un formato en donde el hartazgo llega y la gente se decide por un cambio, luego de los muchos años de lucha y de la sangre de quienes se ofrendan en aras de cambiar a las viejas estructuras dañinas.
Los países como Cuba y Venezuela, en el férreo control de la información en contra de la gente, los casos de Chile con Pinochet y de Argentina en el pasado, son casos que no se deben repetir y se repiten.
En México, ese modelo agotado anda permeando y se olvida del hartazgo de la gente de los noventa años del PRI y de sus aliados, pero ahora, se anda cayendo en los mismos errores, y por lo mismo hay que tener cuidado, con esas formas de control político que no conducen a nada.
Vigilan a la gente común y les dan sus clásicos calambres, acá se dijo de la desaparición del CISEN, pero ahora anda otro más peor, y pernicioso, con cierto nivel del disfrute del doble discurso, del de las ópticas equivocadas, y se cae en lo mismo del gobierno anterior de EPN, de aquel debate de realidad o percepción.
Por eso, se llegan a niveles muy peligrosos quienes ostentan el poder en cualquiera de los tres niveles de gobierno, se cometen errores y la mejor salida es culpar a la prensa, caso especial del subsecretario de salud, Hugo López Gatell, que debió ser cesado de inmediato por decir en cadena nacional que sigue potencialmente con el virus del Covid-19, pero horas antes de hablar para la televisión se le vio en la calle abrazado de su novia y en un momento sin cubrebocas.
Lo que se vio, en sí fue una contradicción “el de mentir” a la gente y a sus jefes que le tienen mucha fe, pero el galeno ya se siente Dios, y eso es peligroso. Aquí lo elemental es que se le congele o se le despida y deje de creerse que es insustituible, cuando en la realidad para mucha gente este personaje se ha equivocado en sus pronósticos de decesos de treinta mi a sesenta mil decesos, y ahora ya casi se llega a los 200 mil casos.
En el asunto de las manifestaciones de las feministas, se documentaron todas aquellas formas de uso de fuerza y al contrario se contamina el tema con la clásica desinformación, y los grupos se polarizan en todos contra todos.
Nadie duda de “la bondad” del presidente AMLO, nadie debate el asunto de que se quiere ver como un pacifista y tolerante, aquí sólo sería importante acudir al sentido común, porque la gente comienza a dudar, ante los efectos de una polarización entre los de ahora de ahora y los de antes, que se recrudece.