Carlos Ramírez/Indicador político
¿CÓMO LES DICES ADIÓS A QUIENES AMAS?
** Es inevitable queridos Lectores, hablar por estos días de los Duelos: esos procesos íntimos, personales, pero también colectivos, que nos permiten, a través de rituales, decir adiós a quienes se van de nosotros de manera física y definitiva.
** Sólo los que tuvieron la fortuna y la dicha de nacer y crecer en núcleos familiares sólidos, con figuras maternas y paternas presentes y amorosas, responsables más allá de las capacidades económicas, son los que saben que sus vínculos afectivos son “para toda la vida” e indestructibles a las pruebas de la Vida.
** Los que nacieron en hogares desintegrados, que conocieron sólo a la madre neurótica y eterna frustrada, agresiva y auto destructiva; o al padre ausente por voluntad o presente obligado, violento y adicto, y que a pesar de ello y después de sufrir infancias y adolescencias de maltratos, carencias, afectos, protección y amor, lograron renacerse en adultos diametralmente opuestos a sus orígenes familiares, saben que los vínculos afectivos pueden crearse a partir de la nada, y crecer en el respeto a sí mismos y luego a los demás. Lazos construidos con paciencia y confianza.
** Y en ambos casos, son, los que mantienen a lo largo de la vida, las relaciones de cariño, afecto y reconocimiento ya sea a los buenos padres y madres, a los solidarios hermanos y hermanas, a los tíos y tías cómplices y amorosos, a los abuelos incondicionales y a los amigos: los hermanos por elección. Y a todos ellos habrá que decirles adiós en algún momento de nuestras vidas. Y ellos mismos decirnos adiós.
LOS QUE NOS QUITÓ LA PANDEMIA…
** El coronavirus desde el 2020 nos arrebató también, a la par de seres queridos, la oportunidad de decir adiós. Nos impidió congregarnos en los duelos. Los enfermos en su mayoría, mueren solos. Y a los familiares les entregan una urna con cenizas: impedidos de exigir la autopsia. No hay tiempo. No hay dinero. Las funerarias en Veracruz y todo México, están rebasadas. Desde el año pasado cerrados los velatorios: hoy permiten 4 horas reunirse unos cuantos en una sala. No es el tiempo de los rituales del adiós.
** Es algo que ha sumergido a millones en México en la depresión más profunda: no se pudieron despedir del papá, de la mamá, de la esposa, del abuelo, la abuela; de la tía consentidora, del tío más amado, del esposo que deja hijos pequeños; de la amiga de toda la vida, del amigo de la infancia. Del compadre y de la comadre. Del padrino. De la madrina que ayudó toda su vida. Claro que es un drama.
** Los hijos que viviendo en la misma ciudad estuvieron desde marzo del 2020 aislados forzosos negándose la visita a los padres o abuelos; a los hermanos y hermanas. Era obvio que en diciembre quisieran reunirse, verse, abrazarse, llorar. No comprendo cómo hay quienes critiquen eso ahora y digan en tonillo burlón que los enfermos de hoy “se dieron el abrazo el fin de año” o “partieron la rosca el Día de Reyes”. Sí ¿y? Los que recriminan imagino que son de los millones que no tienen esos lazos afectivos indestructibles que hacen imposible y amargo, el alejamiento obligado.
** No me refiero en estos casos a los covidiotas que abarrotan playas, bares y antros: es otra cosa. Y al final no sabemos quiénes son los que cayeron enfermos el año pasado y por estos días: he sabido como periodista, de gente que se enfermó de repente a pesar de haber guardado rigurosa cuarentena en sus casas, no asomar la nariz ni a la puerta, haber implementado un sistema de compras de víveres cuyas bolsas desinfectaban a pie de calle, y aun así, cayeron.
** Y sabemos de casos de gente que no se cuidó nada, se reunió, hizo fiestas en casa, anduvo en la calle sin cubrebocas y burlándose de “los miedosos”, y brindaron por el 2021 y llegan hoy, sanos y salvos, a la primera quincena de enero. Pero no sabemos realmente en qué condiciones. Otra cosa nos confirmó la pandemia mundial: “caras vemos, sistemas inmunes no sabemos…”
RESILIENCIA TANATOLÓGICA, INTELIGENCIA EMOCIONAL Y PROCESOS DE DUELO…
** “¿Cuáles son las situaciones adversas? Tomaremos como referencia la clasificación empleada por Lazarus y Folkman (1984, en Puig y Rubio, 2011) Esta clasificación se basa en los cambios que se producen en las condiciones de vida de las personas afectadas por tales situaciones. Hay cuatro tipos de sucesos estresantes:
*Estresores únicos. Son aquellos eventos que traen como consecuencia un impacto traumatizante por un periodo de tiempo prolongado (duelo o transición). Aquí encontramos a víctimas de conflictos armados, víctimas de violencia (violación, maltrato, abuso, etc), víctimas de catástrofes naturales, personas con enfermedades terminales o procesos quirúrgicos, víctimas de inmigración con desarraigo, víctimas de terrorismo y además personas que vivieron sucesos altamente traumáticos como divorcios, muerte de familiares, etcétera.
A lo largo de nuestra vida, los seres humanos nos enfrentamos a situaciones de riesgo que nos hacen más vulnerables, produciendo generalmente sentimientos de pérdida…” (“Resiliencia tanatológica: el arte de resurgir del fango”, de María del Carmen Castro González. Editorial Trillas, México, 2014).
** “Durante nuestra vida con frecuencia cubrimos un sentimiento con otro, pensamos que estamos tristes cuando en realidad estamos enojados, o viceversa. Los sentimientos se expresan:
*Verbalmente. De forma directa con frases como: “¡estoy enojado!”, “¡me siento triste!”, “¡te amo!”, etcétera.
* No verbalmente, por medio de nuestra expresión corporal.
*Mediante acciones o conductas: patear objetos, aventar puertas, etcétera.
*Con síntomas psicosomáticos. Muchos cambios fisiológicos se derivan de los sentimientos. Al sonrojarse ocurre un cambio en la circulación de la sangre. ¿Cómo es posible esto? En situaciones más graves se pueden manifestar con enfermedades como colitis, gastritis, migrañas y otras de tipo inmunológico.
Desafortunadamente, somos analfabetas emocionales, no sabemos expresar lo que sentimos, vamos por la vida diciendo: “siento cosa”, “estoy dos tres”, “estoy, y ya es ganancia”, porque no poseemos el lenguaje suficiente para nombrar lo que estamos experimentando…” (“Tanatología. La inteligencia emocional y el proceso de duelo. Las pérdidas inevitables. Como ayudar a otros a manejar sus sentimientos”, de María del Carmen Castro González, editorial Trillas, México, 2014, pág 53.
** Ambos libros se los recomiendo estimados lectores: les van a ayudar mucho en estos días en que se libran las batallas contra el virus pero también a favor de nuestra Salud Mental: no tengan miedo de expresar lo que sienten. Si creen que la lectura ya no los salva, busquen ayuda profesional de expertos, el IMSS y el ISSSTE tiene líneas de atención. La depresión está haciendo estragos. Y no es que sean débiles: es que hasta los guerreros se cansan. Sabemos que para muchos no es de “echarle ganas” ni de decirles “ánimo”. Va más allá. Pero no son los únicos en estas condiciones. No se abandonen. Y si les sirve, vuelvo a poner a su disposición mi correo: [email protected]
DESDE ESTE ESPACIO NOS UNIMOS A LA PENA DE AMIGOS, FAMILIARES Y FELIGRESES, POR LA MUERTE DEL PADRE VÍCTOR DÍAZ MENDOZA VOCERO DE LA DIÓCESIS DE VERACRUZ Y ALMA DE LA CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN. AMIGO DE PERIODISTAS Y NUESTRO ACOMPAÑANTE ESPIRITUAL DURANTE LOS 8 AÑOS DE EL MERCURIO DE VERACRUZ. NO HAY NADA QUE PAGUE ESO, MÁS QUE NUESTRAS ORACIONES. TAMBIÉN SEGUIMOS ORANDO POR LA SALUD DE LOS COMPAÑEROS HUGO GALLARDO SAN GABRIEL Y DE DON ISIDRO CANO LUNA. Y POR TANTOS QUE A ESTAS HORAS, BATALLAN POR RECUPERAR LA SALUD. DIOS CON USTEDES. NOS LEEMOS EL LUNES, SÍ, HOY MÁS QUE NUNCA: CON AYUDA DIVINA…