Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
William Frederick Cody, “Búffalo Bill”, devastó parte de los búfalos del oeste, pero en las postrimerías de su vida se arrepintió, denunció la cacería furtiva y luchó por que se crearan las temporadas de caza legítimas. En el despliegue de una cultura que abarcó desde mediados del siglo 19 y todavía se expresa en algunas series televisivas, Buffalo Bill es uno de los personajes más representados en la filmografía, con alrededor de 50 actores en su papel. No se cree que esa fama les alcance a los cazadores despiadados que están matado bisontes en Coahuila donde se preserva una zona para la reproducción y conservación de esa especie, en peligro de extinción. De millones que se movían en las praderas de Estados Unidos, Canadá y parte de México, el bisonte o búfalo americano, ahora tiene que ser preservado de la destrucción humana para salvarlo. La imagen que circuló en redes profusamente con unos tipos sonriendo que se exhibían con un búfalo muerto, se tomó al parecer en el rancho Buenavista en el municipio de Buenaventura de Coahuila, donde existe una zona de reserva. Las Secretaría de Medio Ambiente Estatal y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, ya tomaron cartas en el asunto después de denunciado el hecho, que se considera un delito federal. Eso trae a la memoria una imagen similar de la cantante Lucero y su compañero el empresario Michel Kuri, presumiendo de la cacería y muerte de un animal al que habían cazado. Es la misma imagen del torero triunfante por haber matado al toro y los aplausos que suelen estallar en la plazas de toros como una expresión del anhelo de sangre en los seres humanos.
BÚFFALO BILL, LEYENDA QUE IMPACTÓ AL AMERICANO CERRIL
Nacido en Iowa en 1846 Wiliam Frederick Cody fue un personaje contradictorio. Desde muy joven se hizo famoso por sus hazañas en las laderas de los pueblos del oeste medio y la forma como recorría las praderas detrás de los búfalos. Miles cayeron a sus pies en los muchos años de cacería. Pero al mismo tiempo, fue soldado de la guerra de Secesión y se pronunció por una mejor vida de los indígenas de ese país. Claro con esa concepción muy propia de algunos sectores blancos, de actuar con bondad frente a otras razas, pero conservando la distancia de su presunta supremacía. Su gran fama como cazador la invirtió en el espectáculo y durante años recorrió su país promoviendo la fiesta del jaripeo, los cantos típicos y una cultura que se desparramaba ya, en libros, canciones y formas de vida. En sus preferencias dio empleo a muchos indígenas y sus familias, entre ellos al famoso Toro sentado que es representado en los filmes que se han hecho sobre Cody. Hay quienes sostienen que en determinado momento Búffalo Bill fue el personaje más famoso de Estados Unidos, frente a políticos, escritores, poetas y otras expresiones artísticas. De los cerca de 50 actores que lo han representado en películas, se mencionan a Roy Rogers que después también creo su propia leyenda, Charlton Heston, Paul Newman, George Reeves, Keith Carradine, Peter Coyote, entre otros, más los que se sumen en las nuevas series.
LA LITERATURA DEL OESTE, MEDIOCRE, NO SUPERÓ LA FAMA DE SUS HÉROES
La cultura que se creó en esa región de Norteamérica, sobre todo en Estados Unidos, se inició desde la llegada de los pioneros y se fue desarrollando en torno a las expresiones naturales de cada región. La literatura del oeste tenía que surgir ante todos esos acontecimientos y sus dos pioneros James Fenimore Cooper con su obra El último de los Mohicanos en 1826 y Washington Irving con Western Journal en 1832, dan los pocos deslumbres de una expresión que se dedicó a relatar las aventuras de sus héroes. Algunos críticos hablan de destino manifiesto en sus enfoques de escritura, al considerar a Estados Unidos el país elegido y seleccionado para ser dueño de América. El caso es que se considera que son pocas las manifestaciones relevantes que surgieron de esa escritura. En su obra El tercer hombre, Graham Green satiriza ese tipo de literatura y en la película de Carol Reed sobre esa obra, de 1949, con Orson Welles y Joseph Cotten, éste representa al escritor del oeste al que Graham le lanza dardos. La filmografía del oeste sin embargo tiene expresiones importantes y hay una etapa de muchos filmes que llegó después a otra segunda expresión pero más relevante, de la cual son representantes John Ford, Raúl Walsh y Sergio Leone entre otros. Hay muchos ejemplos al respecto. La forma como se actualiza en México el recuerdo de esa cultura con la muerte de bisontes, evidencia que la raza humana, por desgracia, no cambia. Pese a los trágicos momentos en los que nos hallamos.