Felipe de J. Monroy/El poder del nombre
Por favor hay que quedarse en casa
A pesar del gran dolor que ha dejado casi todo un año la pandemia en el mundo, en México se espera la navidad con un mayor espíritu renovado a pesar de quienes se resisten a estar en la tranquilidad del hogar y tener que esperar hasta el próximo año, “Si Dios Quiere”, para celebrar esta importante fecha para todos los católicos del orbe.
En México, como en otras naciones, las acciones tardías se dan en una total confusión y primero se alienta a salir con los semáforos permisibles, pero después de manera abrupta de marcha atrás, y por lo mismo se retorna a los más duros efectos de esta pandemia en los promedios de contagios exponenciales y de fallecimientos en un promedio de 117 mil víctimas.
Con la pandemia encima, con los hospitales y clínicas del sector público y privado a punto del colapso, en lo que significa que está todo a tope en materia de ocupación de las camas disponibles por lo que se hacen adecuaciones urgentes a la implementación de los módulos para atender a todas las personas que requieran de hospitalización.
El cambio de los semáforos en todo el país en donde Veracruz pasa a amarillo, y siguen en verde únicamente Campeche y Chiapas, se dan cambios al rojo en varias entidades de la república.
Lo que significa que hay que intensificar las medidas sanitarias, y aunque duela en la presente navidad, cancelar las vacaciones y las posadas, además de que la cena de navidad tendrá que hacerse de forma reducida en las familias a no más de seis miembros, a fin de mantener la sana distancia y todas las medidas sanitarias.
La recomendación para toda la gente es de que no anden en grupo haciendo compras navideñas, que en los centros comerciales y de consumo se acuda de forma individual, y sino a esperar a que las cosas cambien para principios del próximo año, porque existe un colapso de todo.
Prudencia y responsabilidad, orden y disciplina, es lo que piden las autoridades porque se llegó hasta pensar que la pandemia se había controlado, y por lo mismo se dispararon los contagios, y de nuevo se retorna al comienzo de los serios problemas para encontrar una cama de hospital,
La principal recomendación es de quedarse en casa, “guardarse” y a esperar que las condiciones mejoren para el próximo año con la implementación del programa de vacunación masiva que se comienza en unos días más con el personal de alto riesgo que son los que trabajan en hospitales y clínicas, después será por edades y en las personas de mayor riesgo por las enfermedades crónico-degenerativas.
La paciencia y la calma es lo que debe imperar en este momento, porque los que se quieren divertir andar en fiestas y reuniones, exponen a sus propias familias al contagio.
En la realidad, muchos son los que están cumpliendo a cabalidad con las disposiciones de quedarse en casa y de cumplir con los protocolos de sanidad,
Se necesita de la solidaridad humana y de mayor conciencia social, para que con el esfuerzo colectivo este mal se pueda abatir rápido el próximo año, y volver a la normalidad de nuevo.
Con una luz renovada por todos, pero en especial por niños, jóvenes y personas de la tercera edad.
La solidaridad con todas las familias que han sufrido de los fallecimientos de los seres queridos y de los enfermos que se han cuidado al máximo para puedan salir con vida ante un contagio muy peligroso.
El agradecimiento especial al personal de todos los hospitales y clínicas, a los prestadores de servicios en general, se exponen con mucho riesgo, pero su ayuda a los demás en forma estoica a la atención de los múltiples trabajos importantes es vital para continuar la cadena productiva que no se puede detener en bien de todos,
La conciencia colectiva, humana y moral es la que será que pronto llegue la victoria al peor mal al que se ha enfrentado la humanidad en toda su historia, pero quienes, dotados de inteligencia, voluntad y fuerza espiritual, pronto se habrá de superar esta difícil etapa de este año 2020 jamás imaginado y nunca menos deseado.
Por lo pronto, que en esta navidad en el seno de los hogares todos unidos en una oración se pida por los enfermos y las víctimas, pero también por aquellos que se siguen exponiendo y ya están cansados ante el agobio de los largos días de trabajo en los hospitales, en donde se lucha por tener la resistencia y ganar fuerzas, con ese espíritu solidario de servir con fe a los que les rodean para que se obtenga la salud.
Bendiciones para todos y que Jesús de Nazaret sea el bálsamo que cure todas las heridas y de la fortaleza necesaria para seguir con responsabilidad y optimismo en el próximo año que viene y que sea de mucha paz y salud, para todos. Así las cosas.