Miguel Ángel Sánchez de Armas/Juego de ojos
Gatsby: el encanto de la ficción y el oscuro rostro del crimen en México
Para muchos de sus críticos, El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald, está considerada la novela norteamericana más grande del siglo XX. Jay Gatsby el extraño personaje que asombra y fascina desde las páginas de esta novela de 1925, no tiene en cambio, ningún parecido ni en lo físico ni en el proceder con los grandes criminales o presuntos que se exhiben a diario en nuestro país, ligados al viejo poder y al desastre que vive el pueblo mexicano. La puntilla para lo regímenes pasados con la aparición en escena de personajes como Genaro García Luna ex secretario de Seguridad de Felipe Calderón y el general Salvador Cienfuegos Zepeda, ex secretario de Defensa de Enrique Peña Neto, demuestran en los hechos ya descritos y publicados, que se queda corta la frase clásica de que la realidad supera la ficción. Fitzgerald envuelto también en un pasado triste y romántico, coloca a su personaje en un proceso de cambio que se anunciaba en su país en ese entonces, como ahora con la 4T en México, pero no puede dejar de sucumbir a la fascinación de un producto de la época, como lo fue Jay Gatsby. En ese sentido Mario Puzo, más para acá, en los años sesenta, presenta a sus personajes tales como eran en las décadas de los cuarenta y cincuenta, en El Padrino (publicada en 1969), sin aureola romántica, si bien algunos se quedan en el sentir de muchos por los actores que los asumen y el genio de otro Francis, este de apellido Ford Coppola. Los criminales descritos en México, sobre todo en las novelas de sinaloenses, se apegan a un realismo que se aviene en todo caso al buen tino y humor de los escritores nativos.
GATSBY, UN MILITAR, EXACERBÓ EL GENIO DE UN FIFÍ DE LOS VEINTE: FITZGERALD
Francis Scott Fitzgerald nació en 1896 de una familia acomodada, que le impuso los valores de la época sobre el honor, que el escritor aplicó como cadete en la Primera Guerra Mundial. Jay Gatsby también lo era en la novela, igual que el narrador Nick. Uno de sus biógrafos el académico de la Sorbona André LeVot, que dedicó veinte años a investigar a fondo la vida de este gran escritor, sostiene en su libro Scottfitzgerald (Argos Vergara, Barcelona 1981) que las posturas del autor eran progresistas, pero que prefirió dar rienda suelta en algunos de sus libros, a la descripción de la época desde una perspectiva conservadora, convencional, aunque sin dejar de profundizar en el desempeño de una generación que auguraba un cambio y en el que se daban, como ahora frente al neoliberalismo, resistencias de los tradicionales. Francis, un hombre apuesto, llenó toda una época en el desplante de los grandes salones, en los que coincidió entre otros con Ernest Hemingway, en la vida elegante de fifí intelectual, del brazo siempre de la que fue su gran amor y musa Zelda Sayre. Ella que llevaba imbíbito el germen de la locura, sucumbió en 1948, al morir calcinada en un psiquiátrico durante un incendio. Trágico también Francis, murió a los 44 años cuando se afanaba hundido en el alcoholismo, en terminar una novela. Todo el glamour que lo había acompañado se evaporó; llegó el olvido como suele suceder y de pronto, con el tiempo vino el resurgir. Está considerado uno de los grandes del siglo XX. Entre sus muchas obras se encuentran aparte de El gran Gatsby (Anagrama 2011), A este lado del paraíso, Los hermosos y los malditos, El amor del último Tycoom y El curioso caso de Benjamín Button.
TRES EX MILITARES, EN TORNO DE UNA NOVELA DEL SIGLO XX, QUE DESLUMBRA
Si se resume la novela El gran Gatsby, se trata de un hombre rico, misterioso, enfermo de una pasión. Si, porque James Gatsby, Jay, estuvo enamorado toda la vida de Daysy Fay y por ella es asesinado por un hombre celoso. Los pormenores giran en torno de la novelística de Fitzgerald, descripción de espacios fiesteros, exhibición de la época y de mujeres y hombres infieles víctimas de una sociedad que por un lado quiere cambios y por otro asquea y fija a las mujeres los esquemas tradicionales de ser bonitas, elegantes, dependientes de un macho y sumisas. Tanto Fitzgerald en su momento como el narrador Nick y Gatsby, han pasado por la milicia y se menciona el Camp Taylor del Ejército de Lousville, en la Primera Guerra Mundial. Nick se reencuentra con Gatsby en la novela y reinicia amistad. Hay mucho de autobiografía en la obra. Y se cree que el escritor se inspiró en capos de la época, en el papel del poderoso Gatsby contrabandista y metido en otras ilegalidades. La obra ha sido una de las más representadas y celebradas de la historia de la literatura, adaptada al teatro, a la ópera, al ballet, a la televisión, a los juegos digitales; abordada por muchos libros y críticos y desde luego en el despliegue del cine. En este se hizo incluso una película muda en 1926 y luego vinieron las de 1949, 1974 la más famosa, del 2000, 2013 y 2014. Actores como William Powel, Alan Ladd, Robert Redford, Toby Stephens y Leonardo di Caprio, han hecho el papel de Gatsby. Yo me quedo con el de Robert Redford, triste y trágico.