Carlos Ramírez/Indicador político
La historia castigará a López Gatell
El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.
Victor Hugo, novelista inglés
En la conferencia de prensa que dio el viernes pasado el vocero de la pandemia, Hugo López Gatell, se vio a un hombre, desesperado, impotente y en medio de arenas movedizas; a donde se mueva se hunde más.
Realmente, creo que es un científico con amplia experiencia y conocimiento, pero lo aniquila su sometimiento a su ambición política.
Por eso debeos dividir su actuación en dos temas: la vocería y la prevención de enfermedades infecciosas. Aunque están íntimamente ligas, en medio esta el ser humano que tiene en sus espaldas el evitar que miles de personas mueran. El ser humano que tiene pocas herramientas y poco dinero para poder apoyar el sistema sanitario del país y llevar alivio a los vivos y consuelo a los deudos de los muertos.
López Gatell sabía perfectamente, desde enero en que se conoció la presencia de la pandemia, que el sistema de Salud del país estaba en ruinas. Sin medicamentos, sin camas para hospitalarias y muchos menos con áreas de terapia intensiva o intermedia. Sabíamos que sería una conflagración mundial y nuestros soldados no tenían ni “chinanpinas” para atacar el coronavirus infeccioso y mortal.
Sin embargo, aceptó ser el vocero de la pandemia, lugar que debería haberlo oculado el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien su elevada edad, no podría soportar un ajetreo tan intenso como el de la pandemia que azota todos los rincones del país. Aceptó, conociendo perfectamente el terreno de arenas movedizas que pisaría. Y, un hombre que se jacta de tener una amplia preparación científica, no podría darse por sorprendido de que el castigo de la historia sería severo con él; hiciera lo que hiciera.
En febrero empezó a dar la cara, pero no con la contundencia de marzo de este año. Sin embargo, el área de su trabajo en materia de enfermedades infecciosas ya conocía el tamaño del monstruo que se avecinaba.
Aún así, su miedo a perder el trabajo, no se atrevió a informárselo al presidente de la República para tomar medidas drásticas en los aeropuertos y puertos. Frenar desde finales de enero el ingreso al país de contagiados, hubiera podido frenar la pandemia y darse un plazo más amplio para fortalecer el sistema de Salud del país, en materia de respiradores, camas, hospitales, médicos y enseres para proteger al personal sanitario.
Sin embargo, la voz de alerta no se dio. Los contagios se dieron rápidamente en todo el orbe. La acción tardía, provocó simplemente un ataque tardío al coronavirus. El culpable, a simple vista es López Gatell.
Durante todo el tiempo, no se atrevió a pedirle o exigirle al Presidente de la República acciones rápidas. En enero, vimos que empresarios chinos compraron en México cientos de toneladas de tapabocas y otros insumos, a costo, para su pueblo. 60 días después las recompramos, de menor calidad, pero 30 veces más caras. Incluso dijo que no era necesario construir hospitales especialziados Covid. Éramos muy chichos y teníamos una plataforma hospitalaria suficiente. La verdad hoy hace trizas al “científico”, que no alertó o no quiso incomodar a su jefe.
En México, no se previó lo que venía y, lo que es peor, no se aplicaron acciones logísticas para enfrentar la pandemia. Es más, aun muchos creen que es un mito de las farmacéuticas o de los gobiernos imperiales.
LOS ERRORES: * Tardío inicio de las acciones para evitar contagios desde enero en que se conoció el riesgo de proliferación del coronavirus. * La falta de un equipo de seguimiento a nivel estatal y municipal, para conocer el número de contagios y muertos. Si hay muchos muertos, no es culpa del gobierno; todos los sistemas de salud en el mundo están o estuvieron saturados. Son modelos estadísticos, para conocer dónde está en enemigo. * El uso obligatorio de cubrebocas a nivel nacional, aunado de una estrategia de producción masiva de insumos de protección sanitaria. * Contradicciones sobre uso de cubrebocas y que el Presidente se niegue a usarlo. * Se negaron a hacer hospitales especializados en Covid; unos días después, a principios de marzo, reconocieron la urgencia. * Gobernadores, con mucho menos recursos, cubrieron esa deficiencia y, algunos casos ellos construyeron hospitales. * Abrieron las actividades en los momentos que aún no se alcanza la cumbre de contagios, para estimular la economía. Sin embargo, lo hicieron al aventón. Sin una campaña de verdad para impulsar el uso de cubrebocas, la higiene y la sana distancia. * Deja en manos del Pueblo la responsabilidad de salir. Una salida fácil para culparlo de la enfermedad irremediable. * También a los gobernadores. Es tratar de expiar sus culpas cuando sabe perfectamente que el número de muertos crecerá aún a estratos superiores a los 250 mil muertos “oficiales”. * Esto último nos tiene en el umbral de una segunda ola de repercusiones inimaginables. Todos los pronósticos de López Gatell, se irán por tierra.
Esto es lo que nos lleva a la reflexión que el chivo expiatorio será el vocero y nunca los mandos superiores como el secretario de Salud, ni mucho menos el Presidente. Quizá, esto lo reflexionó el funcionario y lo lleva a entender que es sacrificable, por lo que debe hacer es realizar un excelente trabajo fuera del escritorio y de cara al futuro de miles de personas que podrán morir por esta pandemia y, claro, su futuro político. Este está asegurado con un profesional, no con un sirvo de sus jefes. El Pueblo es su jefe de jefes.
PODEROSOS CABALLEROS: El equipo de analistas de Alejandro Díaz de León, en Banxico, trabajan en modelos matemáticos para conocer el rumbo de la pandemia en México. El país vive un fuerte deterioro de las condiciones macroeconómicas. Alertó que la mayoría de las proyecciones del año son de una contracción de hasta dos dígitos. Los miembros de la Junta de Gobierno refirieron que el severo deterioro de la actividad económica provocó la contracción del primer trimestre del año y que en abril las afectaciones se exacerbaron. Lo más grave. Esta crisis va para largo, quizá dos años más.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: A iniciativa de Rasha Kelej, director ejecutivo de la Fundación Merck. La farmacéutica lanzó los premios “Stay at Home”, en reconocimiento a la labor de los medios de comunicación y periodistas que invitaron a la población a cumplir y mantener las medidas de confinamiento para evitar la propagación del Covid-19. Buscan aumentar la concientización para mantenerse seguro y saludable física y mentalmente durante la contingencia por el Covid-19, con el objetivo de diferenciar los hechos de los mitos y evitar ideas equivocadas.
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