Ricardo Alemán/Itinerario político
En un mundo virtual
Vivir en un mundo virtual a partir de ahora, se acabaron los besos y los abrazos, los saludos festivos a cada llegada de los amigos, incluso se evita ya el beso obligado en la familia, para dar paso a una nueva era, a la que muchos no se quieren adaptar, porque les cuesta mucho el reconocer que ya nada será igual.
Ya ven, que tuvo razón el Papa Francisco, cuando en una audiencia recibió a peregrinos y visitantes en el Vaticano, pero en forma por demás de juego, no dejaba que nadie le besara el anillo, y por lo mismo escépticos y asombrados muchos a una profecía real, hasta lo criticaron.
Pero, ese hecho no fue casual era una realidad no se puede besar una sortija por mucha gente sin las medidas de sanidad.
Precisamente, en muchas ciudades de Europa los autobuses y vehículos en general de servicio público tienen pocos asientos y separados,
En México, quedó para el pasado la pecera, los colectivos, los autobuses a reventar y el metro a toda su capacidad en las horas pico como caminar en un mar de gente.
Ya se harán los masivos, pero virtuales, con poca gente presencial, y ahora todo será distinto para que los partidos de futbol y conciertos se realicen en los escenarios con poca gente, en forma ordenada y separada.
Queda prohibido y es para siempre, que la humanidad pueda volver a sentir el calor humano en todos los eventos de antes de que los lugares se atiborraban en aras de ganar más dinero.
Ahora, las compras de comida, productos y servicios, se hacen de forma virtual, bueno hasta el dinero ya es virtual, y no hay porque tocarlo como foco de contaminación,
La naturaleza se muestra sabia, ante los desórdenes del hombre, a diferencia de los animales que han sabido respetar con el instinto la sana distancia, y aquellos de no estar en el montón con peligro de contaminarse de las pandemias, entiéndase de las infecciones por los virus, que se presentan como un aviso al ser humano con un mal presagio, de que hay que cambiar usos y costumbres.
Parece ciencia ficción, pero todo en el avance tecnológico y en el mundo virtual de la era del ciberespacio, el hombre camina hacia esos escenarios de película para lo cual se preparó de forma anticipada.
Las parejas, ya no se podrán hacer en forma por demás improvisada, ya no habrá el primer beso, se borra del mapa la primera vez o la prueba de amor, ahora, todo será distinto, como lo decía un colega periodista, muy consciente del mundo promiscuo, las parejas cuando se van a unir antes se deben realizan exámenes médicos, y ya no hay retorno a las infidelidades,
Antes todo contaminaba, de muchos tipos de enfermedades, pero ahora, la cercanía hasta para bailar es peligroso, y un simple saludo de mano es imposible, besos jamás. sólo entre parejas, y entre familia menos, hay que proteger a niños y personas de la tercera edad.
La ciencia-ficción, se cumple, a vivir como antes se consideró imposible, aquí las únicas personas que salen ganando con la nueva normalidad, es de quienes se acostumbraros a vivir en la soledad, a estar sin la necesidad de una pareja, y a cuando menos intentar una comunicación telefónica entre amigos y familiares, después de que con el “texteo” de mensajes en la era digital del ciberespacio de la comunicación en tiempo real de voz y datos, ahora, se retorna a la llamada telefónica, o al envío de mensajes de voz, cuando antes esto ya no se quiso hacer.
Los germicidas, para la sanidad, más la sana distancia, el fin de las aglomeraciones ante la existencia de un mundo ordenado alejado de los empujones, ahora todos están entrando con razonamiento a esa realidad.
Parecieran designios divinos, a la desintegración familiar existente hasta antes del Covid-19, ahora las familias unidas, y en todos lados escuelas, universidades, centros laborales, en la vida misma ya no hay espacio a las aglomeraciones. Todos pueden estar en una sana distancia y los que andan con gripa o resfriados no podrán salir de casa hasta que pase el mal menor, al que antes nunca los médicos le dieron importancia para una incapacidad escolar o laboral.
Es triste, pero necesario, ahora la gente se ve como el gato y el ratón, cada quien camina para su lado y no se quieren encontrar ni en los pasillos del supermercado o de los centros comerciales, ahora todos huyen uno del otro, porque puede ser fatal, hay que imaginar hasta adonde se ha llegado.
Sobre todo, gracias a Dios, ya no habrá mítines políticos, ahora se harán campañas de forma virtual, y se debe ir pensando en el sufragio en igual forma sin ir a las casillas de antes de las filas y las aglomeraciones en las elecciones.
Y como dicen por ahí, “todo porque a algunos les gusta comer murciélagos”, pero no sólo eso, en una humanidad contaminada que no respetó a la naturaleza, y no se respetaron ni a los animales en su hábitat, en su integridad y en su vida, lo que se generó fueron muchos problemas.
Ahora, por unos pocos pagan todos, y a hacer conciencia para un cambio de paradigma. Y como lo establecería Charles Darwin, en su teoría de la evolución de las especies, llegó el momento de entender de adaptarse o morir, y no se trata de la selección natural, sino más que nada de sentido común, educación y responsabilidad por el predominio de la humanidad en el planeta, que se depredó, contamino y se afectó por demás de forma inconcebible, y que se entienda que Dios no es responsable de los excesos cometidos por el hombre.
Ahora, con unos días de aislamiento del ser humano, que se puso en pausa de forma sorpresiva, se descontaminaron mares, ríos, lagos, lagunas y hasta la propia atmosfera, el sol brilla diferente más radiante, y la tierra vuelve a ser a partir de ahora, como lo fue en el principio, Así las cosas.