
Dirigencia estatal de Morena se pronuncia sobre hechos en Uxpanapa
VERACRUZ, Ver., 5 de marzo de 2020.- El empresario y productor citrícola Juan Carlos Vázquez Bonilla, dio a conocer que presentará una denuncia ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y ante las instancias correspondientes por los presuntos delitos de daño moral, entre otros que resulten, luego de que por 21 días estuvo encarcelado por un delito que desechó la Fiscalía General de la República, esto luego de ser exhibido por el gobierno y autoridades policiacas del estado de Guanajuato.
«Estuve detenido de manera ilegal, hubo daño moral, denuncia contra los policías municipales que se prestaron a eso porque los policías municipales hicieron una falsa declaración, hicieron pruebas falsas, desaparecieron mis pertenencias», afirmó el excandidato a la presidencia municipal de San Juan Evangelista en Veracruz.
En ese sentido, señaló que tras su detención arbitraria, alegó su inocencia y mostró evidencia que refiere que las armas aseguradas están en regla con sus respectivos permisos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Alegó que su caso fue resuelto por un juez y se le dictó auto de libertad sin cargos, no obstante, señaló que hubo daños y perjuicios por parte de las autoridades estatales de Guanajuato por lo que interpondrá la denuncia correspondiente ante las instancias legales conducentes.
Recordó que los hechos ocurrieron el pasado cuatro de febrero en el bulevar Juan Alonso de Torres, casi esquina con el bulevar Antonio Madrazo en la colonia la Alameda de León, Guanajuato cuando fueron interceptados por gente armada, en vehículos particulares y sin explicación los detuvieron.
Más tarde, se enteraron que eran escoltas del gobernador de Guanajuato, que vive por la zona en que los detuvieron y por varias lo mantuvieron incomunicado, hasta que lo dejaron a disposición de la Fiscalía General del Estado y después de la General de la República.
«Tras 21 días de estar detenido un juez de control me dejo en libertad luego de que mis abogados, presentaron los permisos de la Sedena de las armas de fuego que traían mis escoltas y que el arma que decían era mía, también eran de su cuerpo de seguridad «.