Gabriel García-Márquez/Sentudo común
FISCAL SUERTUDA
Con eso de que a la encargada de la Fiscalía General del Estado (FGE), Verónica Hernández Giadáns, le quieren endilgar hasta la liberación de su prima Guadalupe Hernández Hervis, «La Jefa» –ex operadora de Hernán Martínez Zavaleta, (a) «El Comandante H», ex jefe de Los Zetas en el sur de Veracruz–, ahora sólo falta que a la ex directora Jurídica de la Secretaría de Gobierno le vayan a atribuir también la increíble «fuga» de tres reos pertenecientes al Cártel de Sinaloa y que este miércoles se escaparon del Reclusorio Sur de la Ciudad de México… ¡a bordo de una camioneta del penal!
Y es que afortunadamente para doña Verónica, este escándalo no sólo está generando mayor ruido mediático que el de su parentesco con «La Jefa», sino que además coloca en una situación bastante incómoda a quienes desde el propio partido en el poder estaban exigiendo su inmediata renuncia como encargada de la FGE, verbigracia el caso de la senadora veracruzana de MORENA, Gloria Sánchez, quien el martes pasado declaró que Hernández Giadáns debería considerar por sí misma «la pertinencia de continuar o no, porque sí es cierto: nadie escoge a la familia, nada más que en el caso de servidores públicos todo afecta, estamos a la mira de muchas opiniones y puntos de vista; yo creo que habrá de considerarse con toda madurez esa situación y tomar la mejor decisión que no afecte al trabajo de la Fiscalía.”
Hasta ahora, como ya lo hemos comentado aquí, nadie ha podido exhibir o probar que Hernández Giadáns mantenga una estrecha convivencia familiar con esta prima hermana o que exista alguna complicidad o contubernio entre ellas al margen de la ley, como en cambio acaba de suceder con la fuga de los tres internos del Reclusorio Sur.
La suplente en el Senado de la República de Rocío Nahle, actual secretaria de Energía, ¿pedirá también a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, o al titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, que consideren su renuncia?
Vamos, la maestra normalista xalapeña por lo menos debería demandar la salida del subsecretario del Sistema Penitenciario, Antonio Hazael Ruiz, quien desde hace tiempo ha sido señalado públicamente de tolerar abusos y actos ilegales que se cometen en los reclusorios capitalinos bajo su cargo.
Ayer, por ejemplo, el columnista Héctor De Mauleón, de El Universal, en su texto titulado «Nueva fuga, un mismo funcionario», refirió que el 31 de mayo de 2016, cuando Antonio Hazael Ruiz era subsecretario también, se fugaron dos reos que estaban sentenciados a 60 y 100 años de prisión por secuestro, los cuales salieron caminando del Reclusorio Oriente.
El articulista cuestiona que el responsable del sistema penitenciario de la Ciudad de México sigue en su puesto pese a que un estudio del CIDE demostró que 82 por ciento de los familiares pagaba por llevarles cosas a los internos, que al 80% le cobraban por meter comida, que 57% pagaba por entrar al penal, y que al 33% le cobraban la visita conyugal.
Además recuerda que posteriormente fueron exhibidos videos que mostraban cómo operaban los reclusos la extorsión telefónica en presencia de custodios y funcionarios penitenciarios. «En las imágenes se veía cómo reos y autoridades acordaban las cuotas para tener celulares en los dormitorios, cómo se ofrecía la droga y el alcohol en las ‘tienditas’ del reclusorio», reseñó De Mauleón, quien también consigna que a principios de este año estalló un nuevo escándalo por extorsiones realizadas desde los centros de readaptación social capitalinos. «El gobierno de Claudia Sheinbaum negó primero que las extorsiones vinieran de las prisiones y luego admitió el decomiso de casi dos mil teléfonos celulares hallados en los dormitorios de los internos.»