
Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
Mujeres en lucha
Las estadísticas son reales y demuestran, que en el país las mujeres son cada vez más víctimas de la violencia de género,
Por eso, las marchas de protesta en forma por demás difícil de entender para algunos, pero para las grandes mayorías, deben mostrarse preocupadas, exigente y demandantes de un freno a la cultura misógina, pero también al celo aquel ancestral que viene de algunos siglos, por la lucha entre hombres y mujeres.
También, se sabe qué desde el propio matriarcado en este país, a la mujer se le somete y se les obliga a las conductas de sometimiento en el hogar con las tareas más difíciles y las obligaciones de atender al jefe de familia, al abuelo del clan, a los hermanos, tíos y primos, que poco a poco esto se va diluyendo.
Los factores de discriminación de la mujer en un país, en donde las féminas luchas en contra de muchas condiciones desde hace varias décadas de degradación, humillaciones y de las clásicas vejaciones, entre otras problemas que se dan en el hogar, en la escuela, la universidad y los centros laborales.
Pero esto va más allá, cuando desde los estudios científicos se tiene demostrado que en un mismo caso una sentencia por algún delito a la mujer se le aplica la pena más elevada a diferencia de los hombres.
En los centros laborales, las mujeres son sometidas al acoso laboral y sexual de hombres, principalmente, aunque las propias mujeres en ocasiones avalan y permiten los abusos en contra de las féminas.
Los índices de feminicidios, violencia familiar y en los centros de trabajo, ahora hasta en escuelas y universidades, se dan posturas intolerantes en donde el discurso es trillado de ofensa a las mujeres y de un mundo de indefensión a las múltiples problemáticas.
Las agresiones en el transporte público, en las calles y en las propias universidades, son parte de la gran demanda de las mujeres a las autoridades en general, pero también a los impartidores de justicia, que se ensañan con las féminas.
Ya es tiempo de frenar las violencia y discriminación en contra de las mujeres en este país, y por eso se comienzan ya con el endurecimiento de las penas para aquellos casos en donde se ofende y atenta en contra de su integridad.
Aunque también es cierto, el peor enemigo de una mujer, es otra mujer y por eso las posturas negativas de que se permitan las agresiones en su contra en muchos casos en el campo laboral.
Antes la lucha fue por la liberación fémina, ahora es por la lucha de género, porque ser mujer en esta época de la modernidad es estar destinada a sufrir todo tipo de agresiones y de violencia, de malos tratos y humillaciones, por eso es que las mujeres están en pie de lucha al protestar por todas las agresiones y que van en aumento.
El grado de desproporción, es que ahora los hombres vestidos de mujer son los que ejercen la ya antigua prostitución en las calles del país, porque todos tenemos que seguir luchando por la defensa de las mujeres y vencer los feminicidios.
Ahora, otro asunto es el tema del aborto y se les impide decidir sobre su cuerpo y hasta se les condena en forma injusta cuando algo natural o desafortunado sucede en el asunto de su maternidad.
Las posturas de intolerancia en contra de la mujer van en aumento, por eso salir a las calles a protestar para exigir garantías a las autoridades en su diario vivir, ahora es una demanda o un reclamo natural a su condición, en vulnerabilidad y en maltrato, en acoso y violencia, entiéndase ahora nacer mujer es un problema a sufrir de todo tipo de problemas. Así las cosas.