
José Luis Enríquez Ambell/Café de manaña
VIVIR Y MORIR EN LAS REDES SOCIALES: CUIDADO CON LO QUE ESCRIBIMOS…
** No deja de sorprenderme el alto impacto que tienen en nuestros tiempos, en sitios tan pequeños o inmensos del mundo entero, y por supuesto en nuestro México, las llamadas «redes sociales» como el twitter y el face book principalmente; y por supuesto que el fenómeno adjunto que es ese «tribunal» virtual que se me figura como el «gran hermano», el vigilante de la novela «1984» de Orson Welles, y que replicado en nuestros tiempos con todo lo que pensamos y escribimos, y que es tan feroz, que puede -y lo ha conseguido- linchar materialmente a personas como en Puebla, o dejar sin trabajo como ayer, a las dos mujeres copilotos de la empresa Interjet.
** Y todo derivado de un «posteo» en Face, una foto, un «meme» o un «tuit» en la popular red del pájaro azul: un instante de enojo, de no pensar, de no medir palabras, de «bromear» o decirlo en serio: alardear, presumir, mostrarse prepotentes o alevosamente fuertes, todo junto o un poco de cada cosa, y ya se tiene el cóctel perfecto para irse a la ruina social, pública, política o personal: perder el Empleo, ser humillado, sujeto a escarnio, atacado o amenazado.
** Ninguno de los que usamos «las redes» estamos exentos: y no digamos los que profesionalmente vivimos de lo que escribimos o decimos diariamente los 365 días del año; los periodistas, lo he dicho no una vez, «pisamos vidrios» desde hace años en Veracruz y todo México, y lo que nos salva siempre, al menos de este «tribunal virtual» y generalmente anónimo, es la brújula del Oficio: no mentir, no engañar, no hacer «campaña», proteger a nuestras Fuentes, conceder la Confidencialidad, no inferir, investigar siempre, y dar voz a todos así como mantener una prudente lejanía: de casos, circunstancias y personajes. Y no es garantía.
** Tampoco, lo es, la capacidad de sustraernos de formar, en algún momento, parte de ese tribunal que juzga y condena. Es la verdad. Y hay que tener la necesaria Conciencia y un «Espejo» amigo consigo: ese que nos permite «espejearnos», vernos pues, en la situación del otro. La empatía que nos empuja a la Solidaridad, para los no creyentes más que en el ente social; o a la Misericordia, para los que presumen de Cristianos en todas sus variantes.
** El Presidente Andrés Manuel López Obrador ayer, en su conferencia matutina, dijo tranquilamente que habría que ver si la joven que dijo que habría que «soltar una bomba» en el zócalo la Noche Mexicana, «se disculpaba», cosa que finalmente hizo en un video Ximena García, separada a esa hora de Interjet al igual que su compañera Gabriela. El vídeo difundido por El Universal, motivó el linchamiento del famoso tribunal virtual.
** ¿Quiénes son los que juzgan y condenan en las redes sociales? Los mismos que lo hacen en la vida diaria: en casa, en el trabajo, en las escuelas, empresas, dependencias, y todo entorno público y privado. Así es: quienes insultan y agreden, verbal o físicamente, generalmente son los odiadores profesionales en las redes. El tema es extenso, y como decíamos, ya hay libros especializados del tema, les dejo dos títulos: «Humillación en las redes» de Jon Ronson, quien recopila experiencias de gente que ha hecho «bromas» en twitter que les destrozaron la vida.
** El caso más sonado que recoge es el de Justine Sacco, que tenía 177 seguidores apenas, pero era directora de Comunicaciones de Inter Active Corp una compañía norteamericana que manejaba los portales Macht.com, Meetic, Vimeo y Ask.com, entre otros, y quien era catalogada como «tuitera intensa de bajo impacto, con poca influencia…» como reseña Milton del Moral en Infobae, pero que un día, antes de abordar un avión en Nueva York rumbo a Sudáfrica, tuiteó: «Going to Africa. Hope I don’t get Aids. Just kidding. I’m white». Traducción: «Me voy a África. Espero no agarrar Sida. Es broma. Soy blanca».
** Cuando aterrizó doce horas después, en Sudáfrica, Justine era «trending topic» con 100 mil tuits de repudio. Le hicieron «memes» y le amenazaron. Su tuit fue ligado a una página que buscaba fondos para combatir el mal. Su empresa la despidió de inmediato y su vida, a partir de ahí, fue un torbellino para mal. Deprimida y en picada, no se ha repuesto de «una broma impensada».
** Queridos Lectores: el otro libro es de Diana Sahovaler de Itvinoff, una psicoanalista que escribió: «El sujeto escondido en la realidad virtual», y que habla de esos que, generalmente en el Anonimato, pretenden acabar con tu reputación y tu vida. Trataremos de conseguir ambos y se los reseñamos.
** Buen jueves en tanto. A cuidarse.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
BROMA.-Algo que el subconsciente te impele a aflorar: para que te retrates de cuerpo entero: dime de lo que bromeas y te dire quien eres.
BROMISTAS.-No confundir con los críticos espontáneos de tus posteos o tuits.
LAPIDARIOS.-Todos los que, en algún momento, nos tentamos con la vastedad de las redes sociales.