Andi Uriel Hernández Sánchez/Contrastes
Seis meses de López Obrador: luces y sombras de la 4T
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador llegó a sus primeros seis meses en medio de una crisis que se avizora peligrosa por lo impredecible.
Durante este medio año, el tabasqueño, uno de los presidentes más populares de los últimos 30 años ha teñido aciertos y crisis, algunas muy complicadas, de las cuales ha ido saliendo con éxito debido a su enorme capital político, aunque el camino le ha dejado algunas heridas que no terminan de cicatrizar.
Una de ellas es la cancelación del Aeropuerto Internacional que se estaba construyendo en las inmediaciones del Lago de Texcoco, el impacto económico ha sido tremendo, así como la desconfianza de algunos sectores empresariales, sobre todo los extranjeros, desconcertados por tan drástica decisión.
Algunos empresarios o integrantes de la oposición no pierden la oportunidad de atacar al gobierno de la 4T cada vez que su avión se retrasa.
Después tuvo el enorme acierto de lanzarse con todo al combate contra el huachicol, pues le generó una enorme confianza de la ciudadanía, que al conocer el volumen del robo que a diario se cometía en detrimento de Pemex, reaccionó de buena manera ante la escandalosa y mediática escasez de las gasolinas.
Es decir, aunque algunos sectores de la población estaban muy molestos y enojados, la gran mayoría entendía que era un momento incómodo que se debía sortear para poder combatir a la mafia que controla el robo de los combustibles.
Sin embargo, la tragedia de Tlahuelilpan en donde fallecieron al menos 137 personas en una explosión provocada por una toma clandestina, dejó a la opinión pública asombrada por la dimensión del problema.
Después vinieron algunos aciertos y tropezones menos escandalosos: lo negativo, cancelación de estancias infantiles y refugios para mujeres en peligro de violencia, el despido de miles de burócratas; positivos, las becas Benito Juárez, la ayuda a los aprendices, la universalización de los apoyos a los adultos mayores, la instalación de la Comisión especial del caso Ayotzinapa.
Pero después vendría la ofensiva que comenzaba el combate abierto contra la representación de la corrupción del peñismo, para brindar algo de justicia al pueblo mexicano, me refiero a la orden de aprensión contra el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin y Alfonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México.
Pero cuando apenas se estaba dando a conocer el caso Lozoya – Pemex, el mandatario estadounidense Donald Trump lanzó un nuevo golpe contra México, la imposición de aranceles a productos provenientes de nuestro país, comenzando por el 5% para llegar hasta el 25%, en caso de que le gobierno de AMLO no detuviera la migración centroamericana.
El problema es tan grave como los son las amenazas episódicas de Trump, por esta razón, la misión que encabeza el Canciller Marcelo Ebrard es del mayor nivel, pues lo acompañan: la secretaría de Economía, Graciela Márquez; el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, y el coordinador de asesores de la Presidencia de la República, Lázaro Cárdenas, entre otros.
López Obrador quiere atacar el problema de la migración desde la raíz, pero eso lleva tiempo, algo de lo que Trump carece si aspira a reelegirse con éxito. El embate contra nuestro país es una más de sus estrategias, en la cual debería tener cuidado, pues hay algo de razón para que Ebrard partiera con tanta anticipación a Washington y eso es para la búsqueda de aliados.
Han sido seis meses de luces y sombras en los que AMLO ha mantenido su alto nivel de aprobación.
Electoralmente el efecto AMLO disminuyó sensiblemente en los comicios del pasado domingo.
Morena se alzó con el triunfo en Puebla y Baja California donde alcanzó la cifra de siete entidades gobernadas por su partido. Sin embargo el abstencionismo en ambas elecciones fue muy alto.
En Tamaulipas, Aguascalientes y Durango Morena no pintó.
Son seis meses en los que, pese a los descalabros sufridos por la 4T, el bono democrático de López Obrador sigue siendo muy grande.
El riesgo de tirar por la borda ese bono, radica en los encontronazos que protagonizan sus colaboradores que, sumados a relevantes señales de ineficiencia, pueden ocasionar que Morena pierda la mayoría en los congresos después de las elecciones intermedias del 2021.