Andi Uriel Hernández Sánchez/Contrastes
El arte de dudar, libro de filosofía clara, amena pero muy aguda
Conocí a Óscar de la Borbolla en los años 90 cuando leí por primera vez su tan citado libro de cuentos Las vocales malditas, en el que cada relato está escrito con palabras que llevan una misma vocal. Por ejemplo, los cuentos ‘El hereje rebelde’ o ‘Los locos somos otro cosmos’ no aceptan otra vocal que no sea la “e” o la “o”, respectivamente.
Hoy no voy a recomendar ese libro de culto (considerado así por muchos), sino otro que compré una vez terminada la charla de Óscar de la Borbolla en la FILU 2018, titulado El arte de dudar.
Efectivamente, un año después de haberlo comprado decidí abrir este libro que invita a la reflexión y que además regala gratas horas de lectura.
Cabe señalar que Óscar de la Borbolla es filósofo, conferencista y catedrático de la UNAM en áreas de metafísica y ontología, materias que no todos los lectores dominamos.
Sin embargo, en El arte de dudar nos presenta una filosofía clara, amena, pero también aguda para detenernos a “reflexionar sobre los asuntos más preocupantes de hoy y de todos los tiempos”: el sentido de la vida, el estado del conocimiento, el deseo, la comunicación, la felicidad, el valor de nuestros actos, la razón, la realidad, el tiempo, el engaño, entre otros.
Señala que la duda disuelve, fulmina y desintegra; que es un estado de inestable equilibrio entre el sí y el no. No obstante, dudar nos permite “frenar la precipitación del juicio y las acciones que son mera reacción. Quien duda considera y reconsidera, pesa y sopesa, discierne y distingue; hace que su vida sea resultado de la elección”.
Como ya lo dije es un libro, además de interesante, muy ameno pues ofrece al lector un “repertorio de puntos de vista antagónicos para que cuando se crea convencido por uno, lea el siguiente que contradice al anterior, pero que también es válido, y lea otro más y se quede en la duda”, en palabras de Óscar de la Borbolla durante una entrevista televisiva.
Uno de los textos que forman parte de este libro se titula ‘Más allá del decir’; fue uno de los que más me gustaron y aquí lo intento resumir con los siguientes cuatro fragmentos:
“Hay cosas que puede decir cualquiera y cosas que sólo unos pocos pueden decir, porque si las dice un cualquiera no se entienden ni se aprecian…
“No es igual el halago si viene de un experto que si viene de un necio; aunque las palabras de uno y de otro pudieran ser puntualmente las mismas…
“Esta diferencia señala un asunto muy interesante: no todo lo que dice el dicho está en el dicho, y tal vez ni siquiera está en el dicho, sino en quien lo dice, y tal vez ni siquiera en quien lo dice, sino en quien lo escucha…
“El asunto es muy simple: si me lo dice cualquiera, me entra por un oído y me sale por el otro; si me lo dice alguien a quien admiro, su dicho provoca en mí un efecto de cuidado: me hago cargo, lo tomo en cuenta, lo pienso y lo vuelvo a pensar en función de diversas situaciones, lo sopeso, lo calibro; en fin soy yo quien encuentra el plus de significado, quien saca más de lo que el decir contiene”.
‘Un minuto de sinceridad’ es otro de mis textos favoritos en este libro. El filósofo mexicano señala que nadie está plenamente satisfecho con su vida y que si existe un factor común que nivela a los seres humanos es que “todas las vidas son erróneas, que cuando no yerran por una razón, fallan por otra”.
Lo más interesante viene a continuación, pues no falta quien ve y juzga su vida como correcta, sin importar lo que se haya privado para lograrlo. “Y es precisamente en esta privación donde está la clave de lo fallido de todas las vidas. Pues siempre son el resultado de una cadena de elecciones y, como bien dijo Jean-Paul Sartre, ‘quien elige pierde’”.
“Decir que hemos elegido nuestra vida es equivalente a confesar que hemos renunciado a todas las otras vidas que truncamos, que se quedaron en el esbozo, en la posibilidad que se secó, en la promesa que no se llevó a cabo”, sentencia lapidariamente Óscar de la Borbolla.
“Esta es la maldición del ser humano: ser quien eligió ser y no todos los que quiso ser”.
De verdad, no pierdan la oportunidad de leer este libro, nos ayudará a entender un poco más de qué trata el mundo… O a entenderlo menos. En fin, le preguntaron a Óscar de la Borbolla en una ocasión para qué sirve la filosofía y respondió: sirve porque nos vuelve más críticos y el que no es crítico está perdido.
Hasta la próxima.
Twitter: @PPCarreto