
Carlos Ramírez/Indicador político
La rivalidad de siempre
Lo que se veía venir, se dio, sí lo que tenía que suceder, pasó y en un vuelo de Europa a Nueva York, en conocida línea área, se encontraron los clásicos del cuento, un ruso, un gringo y un mexicano.
Las azafatas, sirvieron el vino, aunque no venían en primera clase, pero como es un vuelo trasatlántico, que salen las botanas, mientras los pasajeros escucharon los canticos de esta tripleta de reconocidos personajes, el ruso comenzó queochichornie, kazachok y la canción de cuna nana Cosaco.
El gringo, sacó a relucir amplio repertorio, la de la Marcha de los Santos, Un mundo Maravilloso de Luis Armstrong, y que canta un clásico de Frank Sinatra, New York, New York.
Le tocó su turno al mexicano, y ya saben puso a cantar abailar todos los pasajeros del avión y todos en perfecto español, el Cielito Lindo, La Malagueña, El Rey, Caminos de Guanajuato, La Macorina de Chico Che, y después “Quien Pompo”, para rematar con el Noa Noa de Juan Gabriel, todos alegres, que hasta alguien sacó una botella de tequila para brindar, que hasta el capitán los tuvo que calmar por el alboroto que se armó.
Y los tres personajes, siguieron ya en una charla con las clásicas disputas localistas: el ruso, nosotros tenemos el vodka, y se disfruta en los tiempos de frio, pero se toma a diario. Hay wey, dijo el mexicano, y sigue el ruso, porque además “como estamos acostumbrados no nos emborrachamos.
El gringo, no se quiso quedar atrás, y salió al paso, con el whiskey se toma en todo el mundo, es muy famoso, que hasta las barricas en las que se procesa se las prestamos para que le den sabor al ron, de los países del caribe. “Taka brown”, expresó el paisano.
El mexicano, ya molesto como cuando se enojaba Cuauhtémoc Blanco con el América, miren “pinches ulerosde m…”, claro que no le entendieron la expresión colonial nacional de uso común, “en mi país producimos tequila, mezcal, aguardiente, bacanora, pulque, tepache y la mejor cerveza del mundo, que hasta se las prestamos para que las tomen en sus películas y hagan sus comerciales –abrón–. Quedaron sorprendidos, el ruso y el gringo, que se quedaron calladitos
En un ambiente tenso, que vuelve otra ronda del debate famoso que convirtió en disputa la internacional del clásicode todos los cuentos, pero que ahora se daba en la realidad.
Y dice el ruso: nosotros tenemos al presidente más varonil, deportista y campeón de artes marciales. Vladimir Putin, es piloto de autos de carreras, piloto de aviones de combate, campeón de tae kwan do, ama a los animales y canta, toca el piano, además gobierna al territorio más extenso sobre la tierra. Y les recuerda a ambos, somos tan “trinchones” que tuvimos que ayudar a los americanos en su lucha en contra de Hitler, sino hasta pierden la segunda guerra mundial.
El gringo, no se quedó atrás, miren nuestro presidente Donald Trump, es uno de los hombres más ricos sobre el planeta, tiene hoteles, negocios por todos lados, campos de golf, golpea con sus discursos a toda la humanidad, pretende construir el muro en la frontera con México y será más largo que el muro de Berlín. Pero además es tan poderoso que no necesita manejar un coche, ni ser piloto porque tiene un contingente de elementos del servicio secreto, dispuestos a servirle hasta con su vida.
Ya el mexicano, y preocupado pensó y ahora que les digo a estos “weyes”, que digo, “aquellos ya me llevaron al baile, con sus líderes según ellos muy fregones”, pensó
Tomó aire, respiró profundo y en un lenguaje suave, comienza a hablar con tono de tabasqueño clásico, “nosotros tenemos al mejor presidente del mundo”, y se los voy a demostrar, no es rico, no tiene hoteles, se va a la chingada cuando quiere y no sé enoja, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, es politólogo, además de un excelente estadista, porque sabe de todo, no como a los de ustedes, que les tienen que escribir los discursos.
Siguió: Es el único que acabó con la hegemonía de un partido político con más de 90 años en el poder y sin que se disparara una sola bala, es campeón de oratoria, ganó la elección presidencial con más de 30 millones de votos, ayuda a los pobres, a los ancianos y a los jóvenes, además es tan fregón que puede manejar una carreta de bueyes y con los ojos vendados,
Además, todos le creen lo que dice sin problema, trabaja siete días a la semana, comienza su jornada laboral a las seis de la mañana, y en menos de seis meses, pudo convencer a todos de que es tan bueno, que ahora ya hasta es candidato al premio nobel de la paz. El ruso y el gringo, se quedaron callados.
Y remató, que ahora hasta le quieren copiar el modelo de su gobierno, al lograr tanto poder en corto tiempo, pero no sólo eso, habla tan bonito, que con su voz suave y muy cálida, duerme a los niños más inquietos y a toda una población de más de doscientos millones de habitantes, con sus conferencias de prensa mañeras, a todos los tiene a las siete de la mañana quietecitos viendo la televisión o las redes sociales, para escuchar todos sus pronunciamientos y sin comerciales.
El ruso y el gringo, no les quedó de otra que reconocer, queel mexicano por fin de más de un siglo de apuestas y de retos por fin les ganó la primera después de muchas décadas.
Y los fulmina con una “cuautemiña” final, los presidentes de sus países, tienen a los dos ejércitos más poderosos del orbe, pero con la gente no tienen el nivel de aceptación como elpresidente de México, que además de no tener necesidad deinfluir temor en la gente, lo que ha logrado AMLO, ha sidocon pura saliva y un vaso de agua todos los días.
Al final el ruso y el gringo, tuvieron que reconocer que los tiempos en el mundo ya cambiaron. Ahora son otros tiempos, los del dialogo. Y hasta brindaron con una copa de aguardiente de caña. Y como no hay mexicano que no se vengue, le salió del corazón el recuerdo de doña Lourdes Ruiz Baltazar, la reina de los albures de Tepito, arrímese, se la acomodamos a su gusto y talla: a mí su Putin y su trompas, “Mela Pelaes Aveces Mejía” y hasta dormido también en placido domingo. Así las cosas.