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Quirino Moreno Quiza/Repechaje
Unas líneas para recordar a Juan García Ponce
Mi colaboración de hoy está dedicada a uno de mis escritores mexicanos favoritos: Juan García Ponce, particularmente en su faceta de cuentista y novelista, ya que también escribió buena cantidad de ensayos, teatro, guion cinematográfico, entre otros trabajos de traducción.
García Ponce nació en Mérida, Yucatán, en 1932 y murió a los 71 años de edad en la Ciudad de México, en el 2003, a causa de una insuficiencia respiratoria provocada por la esclerosis múltiple que lo aquejó durante muchos años de su vida.
Fue miembro de la llamada Generación de la Casa del Lago, de la cual el escritor Huberto Batis sugirió que se conociera como Generación Destrozada -de acuerdo con un artículo de la revista Algarabía-, “por las enfermedades de varios de sus miembros: el alcoholismo de Melo, las depresiones de Arredondo, la paulatina parálisis de García Ponce”.
También fue amigo de José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska. Además, ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes (1989) y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (2001).
Sobre su obra, destaca su narrativa de corte erótico, con personajes y atmósferas llenas de intimidad, de revelaciones; García Ponce habla de la noche, de la otredad y la quietud que solo se rompe con el movimiento de los cuerpos de sus protagonistas.
“No sería exagerado afirmar que la literatura mexicana le debe su erotismo a Juan García Ponce”, señaló Elena Poniatowska en el año 2001, cuando el autor de ‘La Noche’ fue galardonado con el Premio Juan Rulfo, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Asimismo, se dice que el escritor yucateco consideraba sus textos como un homenaje al cuerpo de la mujer, a su capacidad intuitiva y su inteligencia.
Poniatowska lo entendió muy bien y lo supo expresar mejor con estas palabras: “Y nosotras, las mujeres de México, a las que a veces nos duele hasta el aire, necesitamos decirle que lo adoramos, lo queremos con todo el corazón y que nuestra primera y última ilusión es besarlo como las locas que somos y seremos hasta nuestro último suspiro”.
Hasta aquí una síntesis de la figura de Juan García Ponce, prolífico autor mexicano cuya enfermedad no lo detuvo para seguir haciendo lo que más disfrutaba: escribir, crear, transgredir.
Tajimara y otros cuentos eróticos
Aquí viene mi recomendación para quien no haya tenido el gusto de leer a este extraordinario escritor mexicano.
Como les mencioné, fue un autor prolífico, su obra es muy vasta y ha sido reunida en varios tomos por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Sin embargo, para una primera lectura, me quedo con ‘Tajimara y otros cuentos eróticos’, publicado por Ediciones ERA.
El libro reúne una selección de ocho cuentos a cargo de Hernán Lara Zavala, quien en el epílogo menciona que se trata de un homenaje literario a su inolvidable figura; un seguimiento de las huellas emocionales, eróticas y artísticas que fueron moldeando la imaginación de García Ponce.
‘Imagen primera’, ‘Tajimara’, ‘La noche’ y ‘El gato’, todos en esta selección, son relatos imperdibles de un “escritor de referencia obligada en el panorama de la cultura mexicana”, como lo define la ensayista y crítica literaria Magda Díaz y Morales.
Por cierto, Díaz y Morales es coordinadora del libro ‘Homenaje a Juan García Ponce’, editado por el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), en el que reúne diez ensayos de investigadores y estudiosos de su obra.
En uno de esos ensayos, Isaac Magaña G Cantón señala y lo suscribo: “García Ponce es sin duda un clásico hispánico del siglo XX, a quien no se le ha prestado la atención merecida y se le ha reducido, en algunos casos, al grado de pornógrafo”.
Por su parte, Juan Antonio Rosado Zacarías pone fin a su ensayo y a todo el libro con las siguientes líneas: “Precisamente porque todo puede ocultarse y confundirse, la noche es por excelencia el reino de la ambigüedad, pero no un reino exento de placeres”.
A veces todo está escrito y hay muy poco que añadir, solo espero haber cumplido mi propósito: recordar íntegramente a Juan García Ponce con esta columna y convencer a más de uno para que lo busque y lo lea.
Mi memoria en ocasiones no es muy buena, pues no recuerdo con exactitud qué docente de la Facultad nos acercó a su obra, pero quien haya sido le estoy muy agradecido.
Twitter: @PPCarreto