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Toma y daca de la relación México-Estados Unidos
A AMLO se le va el avión
Con el tema de la revocación del mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador, corre el riesgo de que en tres años le tomen la palabra como lo propuso en su toma de posesión el primero de diciembre de 2018.
Cuando se llega de forma histórica y contundente al poder presidencial con un respaldo popular impresionante de más de 30 millones de votos y más los que en el camino se le están sumando ante el despertar de las grandes expectativas de un gobierno que abre el compas para los pobres y desposeídos, pero algunos sectores como el de la prensa, se le cierra la puerta como ha sido característico de los políticos que cuando se trepan olvidan compromisos y sienten que llegaron por su talento y carisma, cualquier cosa se puede esperar.
Ahora, el debate en la aldea veracruzana es muy serio, porque AMLO en su gira por el sur de la entidad, dejó en claro que no tiene temor a nada, pero al respecto hizo mutis, y no dijo nada de los avances de los programas que en materia de seguridad en todo el país, que se están aplicando y con resultados de avance, pero con inteligencia el político tabasqueño en esa zona álgida no quiso alborotar el gallinero, metafóricamente hablando y se esperó sólo a escuchar a la gente como ha sido siempre su estilo.
En la realidad, el estado de Veracruz pasa por una de las épocas más difíciles en materia de seguridad y esto no es culpa de los gobiernos, sino simplemente se trata de lo de siempre todos los grupos de poder político en el territorio, están en una posición que se convierte en las disputas hasta por los tianguis, como ha sido tradicional.
La crisis supera a la que se presentó en la época del entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes y por lo mismo la gente permanece impávida, callada y sigilosa a lo que hacen las autoridades para controlar este problema.
En el caso mediático, desde las esferas federal y estatal, están las llaves cerradas para los distintos medios de comunicación y fieles a la usanza, sólo los medios de comunicación grandes de los de la tele y la radio aliados a la ubre, siguen pegados y por eso los ricos no lloran, al contrario de los medios de información del chiquitaje que hacen una labor puntual de los temas locales y regionales, por lo que se exponen y arriesgan a ejercer la tarea de informar.
Ya nada va a cambiar, los de Morena están arriba, sí en las alturas y sólo tendrán que esperar a las próximas elecciones intermedias y darán cuenta de que no se puede y no se debe gobernar sin la cercanía de una prensa libre e independiente, pero fortalecida cuando menos por los convenios de comunicación, aunque sean pequeños pero que hagan circular a la economía de la prensa siempre maltratada y hasta odiada en cualquier terreno, porque ni con unos, ni con otros, hablando coloquialmente de la partidocracia.
Lo cierto, es que AMLO se fue preocupado a tal grado que hasta se le fue el avión y se dijo que se tuvo que ir por carretera por la autopista de Córdoba, súper escoltado y cuidado para su traslado a la ciudad de México.
La realidad es que todos quieren la paz y un México con crecimiento económico, pero ya la gente no quiere escuchar quejas, sí las de siempre de que se culpa al de atrás, a los que se les quita el poder y los que llegan, siempre se salen por la tangente culpando a los que se fueron, cuando encuentran que no es lo mismo gobernar que criticar.
Ojala y poco a poco se adapten al cambio, porque unos gobiernan y otros disfrutan en el viejo continente, quizás velando armas como ahora lo hacen los ex presidentes Peña y Salinas, que anduvieron felices y contentos en España, mientras la gente, como dicen los chavos se la tienen que “mamar” en el lenguaje coloquial que es ya muy clásico en este país, y pasa a ser una exclamación de admiración a un modismo nacional muy ad doc y propio con marca de origen. Así las cosas.