¿Supremacía constitucional o supremacía dictatorial?
Los Miserables de Víctor Hugo
La reconstrucción nacional de este país, a muchos agobia, quienes no se tocan el corazón para ver a los más de sesenta millones de mexicanos que viven en pobreza, pobreza extrema y la miseria.
La apatía crónica de los privilegiados del poder político y económico del país, se resisten al cambio de los estructuras y simplemente se dedican a denostar, ofender y hasta difamar al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se obstina en cambiar la injusticia social como una salida sana a la inseguridad, frenar el aumento de la delincuencia y con acciones precisas, trata de pacificar al territorio nacional de los problemas que son parte del día a día y de los que muchos ya no se asombran.
El cambio de régimen, con los problemas de resistencia son normales, pero se están utilizando las redes sociales para agraviar a los funcionarios de los gobiernos federal y estatal como en el caso de Veracruz, que están operando alejados del antes y concentrándose en el después.
Las fallas normales que se registran en el acomodo de los nuevos gobiernos del Partido Morena, son alimento o el combustible para tratar de incendiar a las conciencias que no van a cambiar criterios por una nueva vida.
Los que viven acomodados, no entienden que los ataques de desprestigio que buscan cambiar la óptica de los pobres – miserables—que resistieron ya muchos años los efectos de la corrupción y la impunidad en boga en décadas, no va a cambiar porque anhelan una salida a la final del túnel.
El pensamiento neoliberal y la idea de vivir en el privilegio con abundancia en todo, se encuentra ya acotado y por eso la resistencia a que los millones de pobres comiencen a ser parte de los beneficios de la justicia social, que se le nombra como la Cuarta Transformación, pero es eso un cambio de régimen para darle salida a lo malo y comenzar todos de cero con oportunidades de salir adelante. Y propiciar la reconstrucción nacional.
Las quejas desaforadas de los esquizofrénicos que no aceptan la falta de gasolina en algunas ciudades del norte del país, son parte del ejemplo de la ausencia de apoyo a no dar nada para aceptar el cambio que se da en una lucha –no una guerra—de lo que se debe transformar desde una óptica razonable.
La democracia no se acepta y a regañadientes, muchos no han aceptado un cambio de régimen, después de los años de poder y privilegios que se niegan a dejar algo de la comodidad a la que están acostumbrados.
Las medidas de AMLO para apoyar a los millones de mexicanos pobres, son un destello de esperanza a quienes se les estimula a seguir en el estudio y la superación para alejarlos de la delincuencia.
La transformación para que los millones de mexicanos pobres accedan a salud, educación, empleo y darles una vida de oportunidades sin condiciones, puede ser la salida que nunca antes vieron para dejar de ser parte de la novela Los Miserables de Víctor Hugo. Así las cosas.