Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
JAVIER LOZANO, ¿EL PEOR VILLANO?
Javier Lozano siempre ha estado en la política. Siempre ha conseguido una inmensa caja de “resonancia” para lo que dice, sea a favor o en contra de los mismos. Ha pasado por partidos y, también, por lealtades en andariveles muy difícil de traducir para el resto de los ciudadanos.
Supongo que persiguiendo, siempre, su propio bienestar. Su camino a través de siglas partidarias que suele tirar al bote de la basura con excepcional ligereza.
Ya venía peleado con los panistas desde que regresó de Puebla, donde intentó abrirse paso como presunto candidato a gobernador, dentro del efímero gobierno panista de Tony Gali.
Amante de las redes sociales, igual comparte una sección de música, su pasión por su “novia” o una diatriba contra alguno.
Al irse, o regresar según algunos, al PRI impulsó un escándalo político que, paradójicamente, lo llevó a primeras planas y largas entrevistas en televisión y radio, ya que suele, además, tener amigos en los medios de comunicación.
En esa tensada cuerda que parecía ahogarlo a momentos, la semana pasada surgió como un excepcional defensor de la “libertad de expresión” que enmendó la plana a un señor Eduardo del Río que se ha identificado como “vocero”, o jefe de prensa del precandidato presidencial José Antonio Meade.
Y lo hizo con un gran sentido común, porque este personaje que pocos periodistas identifican, había metido en un inmenso lío a Meade. De hecho ha sido mayor la difusión a la carta de del Río que el recule que hizo Lozano.
Grave daño, preocupación, resta de votos porque a la presentación de un reportaje del portal de Internet “Pájaro Político”, firmado por Arturo Ángel que se hizo famoso por sus investigaciones sobre Javier Duarte, sustentado en documentos de la Auditoría Superior de la Nación, amenazó con demandarlo por la vía penal por haber “sobrepasado” la libertad de expresión.
Lo que es un error grave para un candidato que persigue votos y subir en las preferencias ciudadanas.
Además no se justificaba en lo absoluto, porque de lo que se habla es de investigaciones, denuncias, que están en marcha. Que son, simplemente, eso investigaciones. Y millones de mexicanos sabemos que la norma es que este tipo de temas, tan “sensibles” para los priistas, no avancen. Por lo que “Pájaro Político” y su reportero estaban haciendo un ejercicio más de documentar la corrupción.
Esta corrupción tan generalizada que a pocos indigna. Y que ahora, por la carta de respuesta, consiguió una inmensa difusión, y se volvió tema juzgado para los lectores. Es decir, del Río operó a favor de los críticos de Meade por su puntillismo totalmente inadecuado.
En ese momento álgido, para todos, pero mucho más para Meade y compañía, de cara a las denuncias de Javier Corral, sobre el ánimo irritado de millones de mexicanos, Lozano por redes sociales dijo que de ninguna manera iba a haber una persecución-demanda contra los periodistas.
¿Esto lo hace un defensor de la libertad de expresión? Creo que demuestra que un país de ciegos priistas el priista-panista-priista que se dice ciudadano es el tuerto rey.
El chiste se cuenta solo.
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