José Ureña/Teléfono rojo
De qué tamaño serán los intereses de los taxistas, que no se tentaron para amenazar al gobernador, y a todos los que se les atraviesen en su camino…
Lo cierto, para bien del Estado, es que no fueron muy lejos por la respuesta. Carlos Joaquín ya dijo que primero van los usuarios y luego los taxistas.
En verdad, no tienen límite en sus expresiones. Son caciques que han sido favorecidos por muchos años, y se comportan como tales. El ejemplo peor, que mejor los define en sus intereses, son las amenazas del dirigente taxista de Isla Mujeres, Eduardo “Wato” Peniche, que afirma que el gobernador tiene que “entender”.
O sea, tiene que seguir protegiéndolos, y le recuerda que la gente creyó en el “cambio” pero que éste cambio “tiene que ser a favor de la familia taxista”.
Porque si Carlos Joaquín no entiende, dijo este personaje, “habrá un estallido social”.
De este tamaño es la amenaza.
En Playa del Carmen hicieron una manifestación, y declaraciones en el mismo tenor. Siempre recordando que “apoyaron” al ahora gobernador y que “no olvidan sus promesas”.
También, afirmaron que la “nueva ley generará un caos” y que sus dirigentes no van a poder controlar a “su gente” cuando entre Uber…
O sea, en síntesis, amenazas de violencia, chantaje político, principios de confrontación… Y ni siquiera ha sido votada la nueva Ley de Movilidad.
¿Qué viene? Tendremos que confiar en las declaraciones del gobernador Carlos Joaquín privilegiando a los usuarios.
¿Y cómo se traduce esto? Muy simple: Que haya una sana, legal, legítima competencia con los taxistas. Que podamos tener un mejor servicio, más accesible, más limpio, más humano, más profesional, más barato.
Lo que miles de quintanarroenses vienen pidiendo hace muchos años.
¿Habrá un estallido social como amenazan? No lo creo. Y tampoco me parece que al gobernador le vayan a temblar las manos para controlar cualquier intento de violencia ilegal.
Lo que sigue está en manos de los diputados. Aquí vamos a ver de qué cuero salen más correas, de qué están hechos, cuáles son sus verdaderos intereses, a quiénes quieren proteger… y lo vamos a ver, a conocer antes del proceso electoral del año que entra, lo que va a permitirnos saber por quiénes debemos votar.
Si los diputados deciden proteger, una vez más, a los taxistas… habrá un precio político a pagar…
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