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COATZACOALCOS, Ver., 1 de noviembre de 2017.- Según la tradición mexicana el día primero de noviembre, arriban las almas de los “muertos chiquitos”, donde el espíritu de todos los niños que fallecieron llegan en busca de agua, luz y las cosas que en vida eran sus favoritas, si murieron en sus primeros años, o aquellos que fallecieron al nacer. Al culminar las 24 horas se van, para cederles el turno a los adultos.
En el panteón jardín del municipio de Coatzacoalcos existe un área especialmente para ellos, la cual se caracteriza por que las tumbas son pequeñas y la mayoría tiene muñecos incrustados.
Como todos los años, la familia Márquez Toledo, visitó la tumba de su hijo quien en vida recibió el nombre de Luis Márquez Toledo; el dolor de haberlo perdido continúa después de 29 años.
“Mi bebe partió de este mundo tenía 35 días de nacido, es un dolor muy grande en mi alma que todavía existe, mi niño ya tuviera 29 años de vida y para mí, en mi corazón sigue viviendo y yo se que esta con Dios y algún día nos vamos a ver” expreso Luis Márquez Sibaja, papá de Luis.
Ellos tratan de mantener limpia el área donde reposan los restos de Luis, porque aseguran que mientras lo recuerden él sigue vivo.
“Dicen que nos morimos cuando la familia se olvida de nosotros” expreso Eneida Toledo Chacón, mamá de Luis.
Como esta familia, hay miles en México que no dejan pasar desapercibido este día, al que denominan también “de los angelitos”.
En las muertes de estos niños y niñas encuentran una resignación; “Dios en su momento los dio y necesitaba más ángeles por eso están todos con él” expresó Artemia Ríos, mientras limpiaba la tumba de un niño al que no conoció, pero que le recordaba a sus hermanos que murieron.