Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
* PF: UN ‘MANO DURA’ A VERACRUZ
Aunque le llevó más de un mes tomar la decisión, finalmente este miércoles Manelich Castilla Craviotto, comisionado general de la Policía Federal, a diferencia del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares –quien en su campaña electoral prometió nombrar en la Secretaría de Seguridad Pública del estado a un experto, a “un militar de alto rango”, y terminó designando a su incondicional Jaime Téllez Marie, cuya renuncia vienen demandando diputados locales y otros sectores de la sociedad veracruzana por su evidente ineptitud ante el disparo de la inseguridad–, le dio posesión formal como Coordinador Estatal de la PF a Israel Galván Jaime, quien hasta el pasado lunes se desempeñó como comisario en el estado de Michoacán, donde fue pieza clave para la desarticulación del cartel de Los Caballeros Templarios y la captura del capo Servando Gómez Martínez, (a) “La Tuta”.
De acuerdo con la Policía Federal, la gestión de Galván Jaime en Michoacán, de marzo de 2014 a julio de 2017, destacó por la disminución en la incidencia delictiva en Autopistas como la Siglo XXI y Occidente, y por la detención de más de mil 600 delincuentes, entre ellos “La Tuta”.
A través de diversos operativos en las diferentes regiones de Michoacán, la Policía Federal bajo las órdenes del comisario Galván aseguró alrededor de 3.5 toneladas de marihuana, 3.8 toneladas de cocaína, 248 kilos de droga sintética conocida como cristal, además de más de 360 armas de fuego entre largas y cortas, junto a más de 10 mil cartuchos.
La Policía Federal destacó que en combate al robo de hidrocarburo, los trabajos encabezados por el comisario Galván dieron como resultado más de 800 mil litros asegurados, principalmente gasolina y diésel, además de la recuperación de mil 894 vehículos.
El único “pero” de este mando policial –quien viene a sustituir al comisario Camilo Juan Castagné, asesinado el 24 de junio en un restaurante de Cardel–, es que sobre su gestión también pesan las violaciones a derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza pública en la que incurrieron los elementos de la Policía Federal a su cargo durante un desalojo de manifestantes de la alcaldía de Apatzingán la madrugada del 6 de enero de 2015, hecho en el que fallecieron seis personas, cinco por los disparos arrojados por la PF y uno más que fue atropellado por la patrulla policial.
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), de las seis muertes, solo una correspondió a una ejecución extrajudicial.
En su historial también se cuenta la ejecución arbitraria de 22 presuntos delincuentes en el municipio de Tanhuato durante un operativo ocurrido el 22 de mayo de 2015, en el que murieron en total 42 civiles.
Sobre ese evento, las investigaciones de la CNDH determinaron que además de las 22 ejecuciones extrajudiciales, la Policía Federal en Michoacán torturó a dos de los supuestos criminales, a la mayoría los asesinó con impactos de bala en la espalda, uno de los cuerpos fue incinerado y la PF “sembró” armamento en gran parte de los cadáveres.
De hecho, este incidente le costó el cargo al entonces jefe de la PF, Enrique Galindo Ceballos, quien fue reemplazado por Manelich Castilla a finales de agosto de 2016, dos semanas después de la recomendación emitida por la CNDH.
En Michoacán, Galván Jaime fue sustituido por su exdirector Operativo, Rafael Abundiz Núñez.
Con el traslado a Veracruz de este polémico pero experimentado y eficaz comisario de la Policía Federal, ni el gobernador Yunes ni los dirigentes del PAN pueden pretextar que no son apoyados por la Federación.
YUNES NO QUIERE CRÍTICAS
Por cierto, este miércoles el gobernador Miguel Ángel Yunes pidió el apoyo de los medios de comunicación para reconocer el esfuerzo que vienen haciendo las instituciones en el combate a la delincuencia, pues recriminó que resulta más sencillo descalificarlas.
El mandatario estatal del PAN, quien en los dos sexenios anteriores fue un feroz crítico de las administraciones priistas –en las que los crímenes y secuestros no alcanzaron los índices que ahora se han registrado durante los primeros ochos meses de su gestión–, reprochó que las denostaciones resultan más sencillas que tomar un arma y combatir delincuentes.
“Es mucho más sencillo destruir con un comentario, con una expresión, con una pluma, lo que hacemos las instituciones públicas en beneficio de la seguridad; es muy sencillo tomar una computadora y escribir o subir a la red un comentario negativo en contra de la policía.
“Es mucho más sencillo eso que tomar un arma, un radio, subirse a una patrulla, irse a la carretera, comer donde se pueda, comer si se puede y enfrentar a una delincuencia que tiene armas, que tiene poder y que no tiene corazón y no tiene conciencia”, manifestó, para posteriormente reclamar que el señalamiento grosero y la crítica por la falta de eficiencia son temas de todos los días, pero jamás llega el reconocimiento de que los elementos de seguridad dan la vida para que Veracruz cambie.
“No pido un reconocimiento para el gobernador, el gobernador asume que es su responsabilidad y la enfrenta con todo y hacemos todo lo posible por resolver este problema grave que es la primer demanda de los veracruzanos…”, reiteró, remarcando que las instituciones se enfrentan a delincuentes del más alto riesgo, que no tienen límites, para quienes no hay normas ni leyes.
Sin embargo, mientras los pobres policías se juegan el pellejo, él sigue empecinado en sostener en la Secretaría de Seguridad Pública a un inepto como Jaime Téllez Marie –a quien anteayer los miembros de la CANACO de Xalapa acaban de recordarle que no ha activado los “botones de alerta” en sus comercios pese a la urgencia y a la promesa que les hicieron antes de las elecciones municipales de junio–; su hijo Fernando Yunes Márquez convive en comidas con jefes de grupos criminales, como Hernán Martínez, (a) “El Comandante H”, y su partido, el PAN, hace alianzas con caciques y postula a las alcaldías a personajes vinculados también con el crimen organizado.