Carlos Ramírez/Indicador político
La guerra por la candidatura del PAN al Gobierno de Veracruz está entre Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río e hijo del actual mandatario, y la aún Rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara. No hay más, al menos por el momento.
Respecto a las Senadurías blanquiazules, (no cuento al PRD en el estado, pues a mi juicio es un cero a la izquierda), los más aventajados son el Secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Julen Rementería del Puerto, y el de Desarrollo Agropecuario, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés; mientras que como representante femenina despunta la titular de Desarrollo Social, Indira Sánchez.
En cuanto al PRI-Verde, hay tres opciones rumbo a la gubernatura para el próximo año: los «de cajón», es decir, los dos Senadores del tricolor, Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla, además de un plan alterno que ha tomado cierta fuerza en algunos círculos últimamente: el empresario Miguel Alemán Magnani, hijo del ex mandatario, Miguel Alemán Velazco, uno de los Gobernadores que goza de mejor imagen pública en el estado, junto a Fidel Herrera Beltrán.
El tema de las Senadurías continúa difuso para la alianza entre el tricolor y el Verde, producto del mal momento que pasan la mayoría de sus militantes en Veracruz. Sin embargo, podríamos decir que los menos atrasados son Américo Zúñiga Martínez y Javier Herrera Borunda; mientras que en la equidad de género, en el sector femenino, no veo a otra con más opciones justificadas que a la Delegada de Sedesol en Veracruz, Anilú Ingram Vallines.
En Morena se visualizan pocas opciones lógicas, pues en gran medida todo depende de las ocurrencias de AMLO. Para la gubernatura no veo otro tapado que no sea quien ya buscó una vez ser Gobernador, y que por cierto, obtuvo buena votación: Cuitláhuac García Juárez.
De igual forma, me cuentan que por parte de los Morenos hay sólo una fórmula para la Senaduría hasta el momento, aquella que conformarían la diputada federal Rocío Nahle, y el actual dirigente estatal del partido, Manuel Huerta.
Ahora bien, la probabilidad de que existan candidatos independientes para la Gubernatura o el Senado no es lejana. Todo depende de aquellos que no se vean beneficiados por sus respectivos partidos, y aunado a ello, se sientan desaprovechados o marginados injustamente. En ese escenario, quizá encaje alguno de los Senadores priístas, o por qué no, algún espontáneo cuya misión sea «robarle» votos a los punteros, como estrategia impulsada desde el Palacio de Gobierno. Ya veremos.
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