La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Largo camino
Tras la decisión política tomada por el PRI nacional de suspender los derechos partidarios del gobernador Javier Duarte y otros seis militantes más, este instituto político inicia un largo y sinuoso camino para tratar de recomponerse frente a la opinión ciudadana. De acuerdo con lo publicado por medios nacionales, la purga priista apena inicia, pues van por otros gobernadores también señalados, que no juzgados ni condenados por autoridad alguna, de supuestos actos de corrupción.
A los priistas sancionados, los actuales y los futuros, el PRI tendrá que conceder derecho de audiencia para que abonen en su defensa lo que corresponda. Hay muchas voces que aseguran que la expulsión es un hecho, la pregunta obligada es ¿cómo lo expulsarán sin antes haber un juicio legal que los declare culpables?
Esta interrogante origina una cascada de especulaciones en el sentido de que los gobernadores que han sido cuestionados –Roberto Borge, César Duarte y Rodrigo Medina- seguirían en la lista de “ajusticiamientos” y serán sujetos en plazos casi inmediatos a acusaciones formales por parte de la autoridad respectiva en esta promocionada lucha contra la corrupción.
Si bien cada político cuestionado por la opinión pública deberá responder y aclarar cada uno de los señalamientos, lo cierto es que el PRI decidió despresurizar la presión mediática iniciando acciones contra aquellos que de acuerdo con el dictamen de la Comisión de Justicia Partidaria han causado daño a la imagen del partido.
El que es buen juez por su casa empieza, parece ser el lema que aplica Enrique Ochoa en aras de congraciarse con la sociedad que reclama gobiernos eficientes y honestos, pero el camino para alcanzar esa meta es largo, sinuoso, lleno de obstáculos y se antoja muy complicado recuperar la el favor político de los ciudadanos en los procesos electorales por venir.
En este sentido, el PRI veracruzano tiene un enorme reto por delante, y Amadeo Flores Espinosa pareciese ser el idóneo para reencauzar al partido en los tiempos inmediatos; político con experiencia, sin dobleces y con un respeto ganado a lo largo de la una larga trayectoria partidista.
Amadeo, con la libertad para actuar y negociar, podría lograr lo que hoy parece imposible: construir los consensos necesarios para sacar adelante las candidaturas de 212 presidentes municipales, un proceso que históricamente divide y confronta a los grupos políticos en cada municipio.
El PRI requerirá de toda su militancia, de todos sus líderes para superar el reto de 2017, pues un fracaso más eliminaría de facto al PRI como contrincante para la gubernatura en 2018, y podría significar la derrota del PRI en la lucha por la presidencia.
No hay un mañana para el PRI en Veracruz; como bien dice Inocencio Yáñez: o se renueva o muere.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.