Gabriel García-Márquez/Sentudo común
Caso Duarte. Mucho ayuda el que no estorba.
Quiero suponer que no fue el Gobernador Javier Duarte quien impulsó la idea del desplegado firmado por diputados federales, sí, ese mismo donde rechazan la decisión del PRI de iniciarle un proceso de suspensión de derechos partidistas. Con esos amigos para qué quiere enemigos. Sólo le echaron más carbón al fuego.
Si no hubieran efectuado el mencionado desplegado, no habrían salido algunos diputados a negar haber firmado el documento; tampoco se habría apresurado la dirigencia nacional del Verde a desmarcarse, categóricamente, de sus cuatro legisladores federales presentes en este respaldo a Javier Duarte.
De no producirse la brillante idea del desplegado, el Gobernador de Veracruz no tendría que haber soportado la exhibida mediática, directa y sin escalas, del Presidente Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, recalcando que el partido no cederá ante ninguna presión o chantaje. ¿Acaso creen que el titular del tricolor se manda solo?
De no haberse equivocado con la publicación del desplegado, quien lleva las riendas del PRI no habría dicho, en medios nacionales, que a varios diputados los engañaron con el documento que firmaban, que pensaron su rúbrica era para otro fin, situación que resultó creíble, pues ya en ocasiones anteriores, en situaciones similares previas, algunos personajes que aparecían «apoyando» a Javier Duarte denunciaron ser engañados para respaldar tal fin.
Si no hubieran impulsado el desplegado, tampoco habrían dado pie a que el ex candidato, Héctor Yunes Landa, arremetiera contra Javier Duarte calificándolo como el culpable de la crisis que vive Veracruz, o peor aún, vaticinando que no acabará su sexenio y terminará en la cárcel. Al de Soledad de Doblado nada más hay que darle tantita cuerda.
Quienes le aconsejaron al Gobernador Duarte publicar el desplegado, insisto, suponiendo que no fue él mismo, empeoraron las cosas. Por un lado, atizaron más el fuego que ya existe en su contra al interior del PRI Nacional, y por otro, lo expusieron a un juego mediático que mucho lo perjudicó.
Y ahora que el PRI Nacional decidió retirar temporalmente, por unanimidad, sus derechos como militantes a Javier Duarte y 6 veracruzanos más, entre ellos, 3 de sus ex funcionarios, Gabriel Deantes, Arturo Bermúdez y Juan Rodríguez, así como su amigo y ex Delegado de Economía, José Mansur, pregunto a usted: ¿qué pretendía el desplegado?, ¿sirvió de algo? Sólo calentó más los ánimos de un recipiente que ya hervía.
Es la primera vez en la historia del PRI que ocurre una suspensión de derechos partidistas a un gobernador en funciones, y fue Javier Duarte.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.