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COATZACOALCOS, Ver., 17 de junio de 2016.- Pobladores del fraccionamiento Santa Marta, en el puerto de Coatzacoalcos, protestaron este viernes para exigir agua en sus hogares; los inconformes denunciaron que llevan más de dos años con este problema y los desarrolladores continúan vendiendo casas sin atender la problemática.
Los manifestantes acusaron que Grupo Roma es la constructora que ha realizado estos fraccionamientos al poniente de la ciudad, viviendas que carecen de servicios básicos como el agua y energía eléctrica.
Recordaron que hace cuatro meses se formó un comité que ha tocado las puertas de la empresa para que repare las afectaciones, pues es difícil vivir sin el líquido, sin poderse refrescar, con las intensas temperaturas, o lavar los trastes y ropa.
Aseguran que Rolando Fernández de León, subdirector de Grupo Roma, los trae vuelta y vuelta y no cuentan con gota de agua en sus viviendas, además señalan que se la pasa acusando al ayuntamiento y CMAS de ser los culpables, cuando ellos compraron las casas directamente a la empresa y no al municipio.
Exigieron a las autoridades municipales presionar a Grupo Roma para reestablecer el problema del agua y luz, además de que no le permitan seguir vendiendo departamentos que no tienen la mínima garantía de una vivienda digna.
Una de las manifestantes afirmó que les prometen “que mañana, que espérense un mes, ahora el señor Rolando dice que nos van a solucionar el problema individual, ¡por favor!, en qué cabeza cabe, si no pueden hacerlo general, cómo lo van a hacer individual, quieren que le enseñe mi contrato, yo tengo contrato, si él me va solucionar le entrego mi contrato y hoy quiero agua en el tercer piso, a ver si es cierto, por que no saben a quién echarle la culpa. Le echan la culpa a CMAS y a todos”.
Otra vecina expuso: “Nos vendieron el departamento con todos los servicios, nosotros no íbamos a venir al ayuntamiento, pero el nos dijo que el alcalde tiene la culpa, cuando nos vendieron los departamentos nos dijeron que nada nos iba a faltar y ahora nuestros maridos se van sin bañar a trabajar, son una porquería de viviendas las que venden, desafortunadamente nosotros tuvimos que comprar la casa a falta de vivienda, pero no se vale”.