Gabriel García-Márquez/Sentudo común
Los grandes perdedores.
No cabe duda, más allá de las gubernaturas que dejó de ganar el PRI y aquellas que entregó a la oposición, incluyendo la «joya de la corona», Veracruz, los que más perdieron credibilidad ante la opinión pública no fueron los tricolores, sino la mayoría de los encuestadores nacionales, y por supuesto, todos los estatales.
Patético caso el de Alejandro Moreno con las encuestas de salida de El Financiero, dando 4 puntos de ventaja a Héctor Yunes, ¿qué fue lo que midieron? Penoso Indemerc, quien a nivel nacional, con José Cárdenas en Radio Fórmula, aseguró que el PRI en Veracruz había ganado por más de 8 porcentuales, atreviéndose a decir que las encuestas bien hechas son creíbles. Lanzaron su prestigio al suelo con la ciudadanía.
Triste el caso de una empresa encuestadora llamada Databilio, quien trabajando mediciones diarias de intención del voto, manejó varias entregas que marcaban a Héctor Yunes como ganador por cuando menos 4 puntos porcentuales; incluso deslizaron unos números el viernes previo a la elección donde el PRI vencía con holgura.
Penosos trabajos estadísticos que dejan clara una elaboración «a modo» para el candidato contratista, en lugar de ayudarlo proporcionándole una realidad que le permita trabajar en mejorar sus preferencias electorales. No sólo desinforman al aspirante que pide sus servicios, peor aún, lastiman la credibilidad de la opinión pública hacia ellos. ¿Será que estas empresas crean que los ciudadanos no tendrán memoria dentro de dos años?
En contraste, Consulta Mitofsky, de Roy Campos, fue cuidadosa y prefirió manejar conteo rápido en vez de encuestas de salida con Noticieros Televisa. Le salió bien, atinó al resultado en Veracruz, dando algunos puntos más de ventaja a Yunes Linares respecto a los 4 que manejó el PREP estatal, pero vaticinando, cuando menos, al auténtico candidato ganador de la contienda. El Universal, Reforma y Excélsior también fueron responsables y certeros en sus números al marcar empates técnicos, los cuales, de verdad existían.
Parametría, con Milenio, manejó en varios estados elecciones cerradas. Se agradece que cuando menos no se haya aventurado a dar un ganador si no le quedaba claro, aunque en honor a la verdad, su trabajo, como casa encuestadora reconocida, consistía en brindar tendencias claras, asunto que no otorgó.
En buena medida, la razón por la que casi todos los candidatos en los 12 estados salieron a declararse ganadores apenas cerraron las casillas, fue por los resultados que les presentaron sus encuestadores. De esta manera, la irresponsabilidad de los aspirantes, aunada a la ineficacia y hambre de lucro de los estadísticos, generó que el pasado 5 de junio, por varias horas, hubiera puros vencedores y ningún derrotado.
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