Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
“La democracia es como en casa, todos damos nuestra
opinión y se hace lo que dice la mayoría, que es mamá.”
Yo
¿Quién ganó?
Sería una grave irresponsabilidad de nuestra parte si nos dejáramos llevar por alguna de las encuestas de salida que maneja cada candidato al gobierno del estado por su cuenta, obviamente de acuerdo a sus intereses personales.
Lo cierto –y que nos alegra– es que durante la jornada electoral del día de ayer hubo mucha participación, que el tradicional abstencionismo se logró vencer y que aunque muchos votaron movidos por su ignorancia o por su elevado fanatismo priista histórico, lo hicieron, ya habrá tiempo para el razonamiento.
Los dos más importantes contendientes, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, y el candidato del PRI Héctor Yunes Landa, a eso de las 19:00 horas anunciaban sus victorias, sin tomar en cuenta el candidato de Morena, como si de momento ya no existiera.
A las 22:00 horas nos fuimos a descansar sin que el OPLE nos diera una tendencia creíble y nadie de nuestros “orejas” nos quisiera filtrar un adelanto.
Y como nosotros no somos de los que especulan con cualquier dato, mejor esperamos hasta la madrugada de hoy, aunque no peguemos pestaña, a que nos den las primeras tendencias. Lo que hoy publiquen los medios no tiene valor, mañana veremos qué chingaos pasó.
Mañana es nuestro día
En México tradicionalmente el 7 de junio se celebra el día de la libertad de expresión. Cuando iniciamos nuestra carrera como reporteros, o periodistas, este día lo celebrábamos con un gran entusiasmo, era como para los médicos su día, el de la enfermera, y en fin, los festejos se hacían en la medida de nuestras raquíticas posibilidades pero generalmente pasaba inadvertido, las redacciones esperaban, no había tiempo para el despiporre, se festejaba trabajando.
Llegó el gobierno de don Rafael Hernández Ochoa y su jefe de prensa, el periodista y siempre bien recordado amigo José Miranda Virgen, sugirió al mandatario organizar una comida para los periodistas en su día y así fue que el gobierno se encargó de festejarnos. La primera fue en el salón Gobernadores del Hotel Xalapa: comimos, nos echamos unas y a trabajar; qué mejor premio al esfuerzo que ver una de nuestras notas como principal, en la de ocho (columnas), qué pinche orgullo de reportero.
Más tarde comenzaron a surgir agrupaciones de “periodistas” cuyos directivos eran, generalmente, matacuaces o charlatanes que se daban a la tarea de pedir lana a los políticos y funcionarios públicos para organizar el festejo de los comunicadores. A estos parásitos les iba, o les va, muy bien. No tienen idea de lo que es el trabajo periodístico pero viven de él. Tan solo el año pasado le pidieron a Juan Octavio ¡trescientos mil pesos! para la fiestecita, quesque los diplomas salen caros, que el banquete, que hay que pagar a los músicos, que el chupe que se consume en cantidades industriales, que el traslado del DF a Xalapa y el formol para la señora Celeste Sáenz, que las utilidades de este “tradicional” asalto en despoblado, en fin, detalles de la logística de una pachanga que se organiza desde hace como veinte años en honor a los periodistas, que no asisten porque andan ocupados trabajando y es que así es la chamba periodística, de tiempo completo, de andar husmeando la noticia.
Y, claro, como en todos los oficios no faltan los coyotes. En los últimos tiempos se han colado en las filas del gremio pseudoperiodistas, o chayoteros, que así se autonombran: pe-rio-dis-tas, a quienes les publican sus vaciladas, cada que quieren pontificar y opinar, en portales propiedad también de mercenarios o en impresos de igual calibre. Pero, bueno, hay de todo como en la viña del Señor.
A los auténticos periodistas, a los diaristas, a los reporteros (la máxima aspiración de un comunicador, ser reportero), nuestras felicitaciones y que pasen el día como lo hace un profesional de la comunicación, trabajando.
Las cifras de la elección
Para tener una idea del costo del proceso electoral de este domingo, que salió de nuestros bolsillos, aquí les dejamos unos datos que seguramente ya vio, leyó y releyó, pero quisiéramos que los tomara realmente en cuenta para que vea que en México la democracia es muy cara.
En total se instalaron 10 mil 421 casillas ubicadas en los 30 distritos electorales locales para que los ciudadanos pudieran emitir su sufragio. La lista nominal es de 5 millones 671 mil 125 veracruzanos que pudieron emitir su voto en las urnas que se instalarán a lo largo y ancho de la entidad.
El Organismo Público Local Electoral (OPLE) informó que además se instalaron 80 casillas especiales en las cuales sufragaron los ciudadanos que transitoriamente se encontraban fuera de la demarcación electoral (sección o distrito) donde se ubica su domicilio.
También se instalaron cuatro mil 812 casillas básicas donde se recibiría la votación de 100 a 750 electores y hubo 4 mil 641 urnas contiguas que fueron instaladas en secciones con más de 750 electores; además, 888 casillas extraordinarias colocadas para cuando las condiciones geográficas de infraestructura y socio-culturales de una sección complicara que los electores pudieran llegar a emitir su sufragio.
Las casillas fueron resguardadas por 41 mil 684 funcionarios propietarios, 31 mil 263 suplentes y 72 mil 947 ciudadanos, funcionarios de casilla. ¿Es o no un gran esfuerzo y una gran inversión?
En todas partes se cuecen habas
El secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, a quien Enrique Peña Nieto nombró para que lo investigara, “por la confianza que le tiene como cuate”, negó categóricamente las acusaciones sobre amenazas de muerte, violencia sexual y económica, que hizo su expareja Nayeli Martínez Vázquez, a quien mediante privilegios colocó y mantuvo en la administración federal, según reveló una investigación de Aristegui Noticias.
¿Cuántos políticos veracruzanos, de la última camada, conoce usted que han hecho lo mismo?… muchos.
Reflexión
“Hoy no debo emitir opiniones que puedan incidir o constituir alguna acusación que pudiera enrarecer el resultado”, dijo el exgobernador Fidel Herrera Beltrán luego de sufragar en Xalapa, y ante la insistencia de los periodistas que los cuestionaban comentó: “Recuerdo lo que me enseñó mi abuelita y este día lo voy a practicar: ‘calladito te ves menos horrendito’. Además de que la pobre señora con sus cataratas no podía ver. Escríbanos a [email protected] [email protected] www.formato7.com/columnistas