Vinculan a proceso a presunto homicida de cineasta
ORIZABA, Ver., 20 de marzo de 2016.- La corrupción y la impunidad son el caldo de cultivo para laviolencia que se vive en distintas regiones del país, señaló el presidente del Consejo Representativo de Iglesias Evangélicas en el Estado de Veracruz (Crieev), Alfredo Luna Murillo.
El líder religioso consideró que la recuperación de valores y el bienestar familiar es vital para mejorar a la sociedad mexicana que día a día se ha vulnerado por una incidencia delictiva creciente.
Sostuvo que la interminable búsqueda de paz debe comenzar haciendo justicia a los casos de violencia que miles de personas enfrentan en la actualidad y ejerciendo acciones de gobierno que permitan terminar con esas situaciones, pues la felicidad de las familias depende de ello.
Refirió que entre los problemas más graves derivados de la constante ola de violencia es la asignación de un precio a la vida, pues se han visto casos en los que ésta se tasa hasta en 3 mil pesos, cantidad que pagan a algunos para acabar con otra persona.
“Me parece que no podemos llegar a eso, hemos perdido todo indicio de valores de respeto a la vida y es tiempo de que esto se frene, es momento de que nos tranquilicemos y hagamos algo por cambiar las cosas y recuperar la paz”, apuntó.
Luna Murillo dijo que actualmente existe y se manifiesta un hartazgo social emanado de los problemas de inseguridad y el daño que generan, pues “una vida en paz” se ha convertido en la principal demanda de los mexicanos, pero acentuó que la violencia no debe vencerse con más violencia.
Es por ello, explicó, que la iglesia evangélica ha llamado a la población en general a trabajar por hacer el bien y luchar por recuperar a sus familias, para que como sociedad se pueda superar la inseguridad y violencia que diariamente deben enfrentar los mexicanos.
Finalmente, comentó que el problema de inseguridad que enfrenta Veracruz no es sólo culpa del gobierno, pues el verdadero problema está en las personas y se debe analizar la posibilidad de ser nosotros mismos quienes cambiemos el futuro con la educación y la preservación de los valores en nuestros hijos, sin permitir que las autoridades dejen de asumir sus responsabilidades.