Quirino Moreno Quiza/Repechaje
Héctor y la inclusión
Porque está convencido de que «de nada sirve meter a los ladrones a la cárcel, si no llega la educación y la salud», Héctor Yunes se dijo decidido a castigar la corrupción. «Quienes hayan defraudado tendrán que pagar”.
No fue un mensaje más el pronunciado este domingo por el candidato del PRI a la gubernatura. Fue la pauta, la línea que marcará su campaña.
Dijo tener muy claro que los veracruzanos están hartos de la confrontación estéril, de las críticas sin propuestas, de la guerra de lodo. Él, contrario a lo que presenta cada día su primo hermano, el abanderado del PAN y el PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, no se limita a dar el diagnóstico, sino que plantea también el tratamiento para cada problema que vive Veracruz.
Su compromiso público -dijo- es con la decencia y con los valores.
Héctor Yunes y Javier Duarte (presente en el evento, en atención a la insistencia del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones) mostraron el músculo. Cerca de 30 mil veracruzanos (tan sólo los delegados sumaban más de 25 mil) hicieron acto de presencia en el World Trade Center de Boca del Río y aclamaron con entusiasmo a su candidato.
Eso es lo que puede lograr el PRI si se suman la atractiva oferta política de Héctor Yunes Landa y la fuerza de la estructura tricolor en la entidad, esa que ha construido y consolidado el actual mandatario de Veracruz.
Sólo así, unidos esos dos ingredientes, podrá aspirar el PRI a mantenerse en el gobierno de Veracruz. Unidos, no hay partido opositor que los pueda superar. Por el contrario, si llegan a la campaña divididos por el egoísmo y la discordia, la derrota estará asegurada.
Héctor Yunes lo sabe y lo hizo notar en su mensaje.
“Nuestro adversario no está dentro del PRI -aclaró- está fuera de él, está contra él y por lo tanto contra cada uno de nosotros».
Héctor Yunes llegó al recinto tricolor con propuestas concretas, claras, alcanzables, para llevar a los veracruzanos a mejores condiciones de vida.
Cuatro son sus compromisos centrales: Reactivar la economía de la entidad, a partir de sus fortalezas y del talento de su gente; regresar la paz y la tranquilidad a las familias; llevar educación y salud a quien las han perdido e iniciar una gran cruzada para que indígenas y el sector rural superen el atraso y la miseria. Finalmente, fortalecer el imperio de la ley, a fin de sembrar en la administración pública las semillas de la honestidad y la decencia.
No evadió tema alguno. Confrontó a su principal contrincante, prometió castigo para quienes haya hecho mal uso de los recursos públicos, pero también advirtió que su gestión no se limitará a atender los temas penales: «Quiero ser gobernador no carcelero, eso no le sirve a Veracruz, no me he preparado para llegar a cobrar facturas, me propongo ser un gobernador respetable, cercano y eficiente”.
Tres rubros ha planteado el dirigente nacional del PRI como indispensables para que su partido gane en Veracruz: Unidad, inclusión y propuestas constructivas.
Dos de esas tareas ya fueron atendidas, puntualmente, por el candidato. Hoy hay un discurso coherente, que plantea el camino para sacar a Veracruz adelante, y en la convención de delegados se demostró que se puede trabajar en unidad.
El tema que quizá deba ser reforzado es el de la inclusión.
En su afán por evitar que lo vinculen con políticos y servidores públicos que tienen fama de deshonestos, Héctor Yunes está rechazando a eficaces operadores del PRI. En muchos sectores de la entidad existe la percepción (errónea, seguramente) de que el candidato priista sólo confía en aquellos que están adheridos a su organización política.
Más de uno han expresado: «Si cree que puede ganar sólo con Alianza Generacional, adelante. A ver hasta dónde llega».
Héctor Yunes debe tener claro que lo que se avecina es una contienda cerrada, muy pareja con su primo hermano; que no se puede dar el lujo de despreciar verdaderos liderazgos locales.
«Inclusión», planteó Manlio Fabio Beltrones.
Ahora es cuándo.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.