Gabriel García-Márquez/Sentido común
La UV y su voto hacia el 5 de junio.
No estudié finanzas, ni soy experto en la materia, conozco colegas especializados en el área, pero me pregunto: ¿será en verdad fácil para el Gobierno brindar en estos momentos el dinero que reclama la Universidad Veracruzana?, ¿tiene o tendría el estado la capacidad de solventar, antes de que acabe el mandato de Javier Duarte y con calendario de pagos, la gran cantidad que exige como legal nuestra máxima Casa de Estudios?
¿Fácil pagarle a la UV? Sí, no lo dudo, siempre y cuando se tuviera el efectivo para hacerlo sin poner en riesgo la operatividad del estado. ¿Qué ocurre cuando se le adeuda a alguien? Queremos pagar, ¿pero podemos? Quizá tenemos el efectivo suficiente en la tarjeta de débito, y librarnos así, de una buena vez, de esa voz que nos «cobra y cobra», sin embargo, si pagamos quedándonos en cero, generamos un conflicto peor: nos quedamos sin sostén.
No dudo que la Universidad Veracruzana esté en todo su derecho de exigir lo que se le adeuda, más si como sostiene, se trata de partidas federales previamente etiquetadas para ella, pero tampoco pongo en juicio que el Gobierno busque «abrirse» de pagar sólo por «montarse en su macho». La opinión pública veracruzana se ha dividido y tomado partido en un feo asunto que por naturaleza, no podría terminar con final feliz.
Por mera lógica ciudadana, la opinión pública está del lado de la Universidad Veracruzana, y lo entiendo. La máxima Casa de Estudios goza de un bien ganado prestigio en el País, y en algunos casos, más allá de nuestras latitudes. Si salimos a la calle y preguntamos a la gente de qué lado están y a quién le creen más, dirán que a la UV, es mera lógica, cuestión de percepciones sobre el «débil» y el «fuerte»; el «ofendido» y el «abusivo», es pues, normal.
¿Será que si el Gobierno no cumple con el pago total de su adeudo el estudiante deba pagar cuotas en la UV? ¿Podría tratarse de una fuerte presión para demandar se cubra el adeudo o en verdad ocurriría? En cuanto se soltó a medios de comunicación esta posibilidad el pánico entre los alumnos brotó de inmediato. Considero que el Gobierno pagará lo que debe, sí claro, bajo un calendario de abonos, pero terminará haciendo.
Tanto el Gobierno cubrirá su saldo como la propia Universidad negociará las formas de pago sin estrangular a su deudor. Ninguno ganará si actúa a la inversa. ¿Qué ocurre cuando al que le deben no flexibiliza algunos términos? Finaliza perdiendo. Sin embargo, no podemos alejarnos en ningún momento que el abuso en las relaciones de este tipo terminan llevando a las rupturas totales, lo cual sin duda, genera revanchismos, venganzas, mala fama, o incluso, conflictos legales.
Todos los precandidatos a la gubernatura han sostenido en sus discursos el apoyo incuestionable a la UV. Incluso han dicho que de llegar a la silla del Ejecutivo, resolverían el problema con estrategias muy definidas. El voto de la comunidad académica en Veracruz es amplio, puede inclinar una elección cerrada, como la que se avecina, ¿quién se atreve pues, por salud mental, a llevarle la contraria?
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.