Raúl López Gómez/Cosmovisión
“¿De quén Chon?, preguntó
Osorio a Mamilú… y que la hace delegada”
Vox Populi
Don Buganza no sirvió
Era obvio que el señor Gerardo Buganza y Salmerón, uno de los cordobeses ilustres, al fracasar en su encomienda y ser retirado del proyecto anti Yunes Linares, tenía que argumentar algo: La OPLE no garantiza un proceso electoral equitativo o “las condiciones no son las más adecuadas para continuar en la contienda”, sin explicar con detalle los motivos que lo orillaron a declinar cuando, según él, como Jorge Uscanga, a la fecha le dieron su firma 191 mil 125 veracruzanos, lo cual fue certificado la noche de este miércoles 3 por el Notario Público número 16 con oficinas en Xalapa según el instrumento público número 1114.
Pero este asunto no es tan sencillo, no es de que yo mejor me rajo y ahí muere, no, la reacción de los presentantes de partidos políticos ante el Organismo Público Local Electoral (OPLE) han pedido al consejo general que investigue y en todo caso aplique la sanción correspondiente a la Asociación Política Estatal (APE) «Generando Bienestar», porque no reportó gastos de publicidad y propaganda, que deben ser millonarios.
Por exhorto del representante del Partido Acción Nacional (PAN), Lauro Hugo López Sumaya, se pidió que la Asociación Política de “El Buggy” explique cuánto gastó en publicidad y propaganda en el periodo del 9 de noviembre hasta el 31 de diciembre de 2015, porque en opinión del panista, a la que se han sumado miles de veracruzanos, es una falta grave que la asociación que lidera Gerardo Buganza Salmerón omita este tipo de información.
Y es que a lo largo y ancho del Estado se pueden observar espectaculares que promocionan a la agrupación y nadie sabe cuánto se ha erogado en ese tipo de gastos.
Por su parte, la diputada local Ana Cristina Ledezma López pidió al Organismo Público Local Electoral (OPLE) revisar el gasto que ha hecho hasta el momento el exaspirante a la gubernatura del Estado, Gerardo Buganza Salmerón, ya que mantiene las observaciones generadas en la Cuenta Pública de 2014, cuando fue titular de la Secretaría de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas.
En ese sentido, dijo que no se puede descartar que la renuncia de Gerardo Buganza Salmerón a la candidatura independiente a la gubernatura se deba a presiones por las irregularidades detectadas cuando dirigía dicha dependencia.
Es preciso señalar que el exaspirante acusó que se retiraba por considerar que no existen condiciones de equidad en la contienda, sin embargo, recientemente se confirmó que como exfuncionario no pudo solventar el gasto de 14 millones 531 mil 229.81 pesos en su paso por la SIOP. O sea, somos o no somos.
¿Con qué calidad moral el señor Salmerón se pretendía erigir en el salvador de los veracruzanos cuando ha sido un miembro más del cártel de Fidel Herrera Beltrán?
Oportuna aclaración
Pertinente declaración emitió la Secretaría de Desarrollo Social con motivo del supuesto despido del abogado Celestino Espinoza Rivera, quien desde enero de 2015 está al frente de la Unidad de Acceso a la información de esa dependencia. El secretario Alfredo Ferrari y su equipo de trabajo supieron intervenir a tiempo para evitar que el malentendido siguiera creciendo, aclarando oportunamente que no fue separado del cargo y mucho menos por asesorar a los padres de los muchachos desaparecidos en Tierra Blanca, con quienes mantiene amistad desde hace años.
Duarte, con fecha de caducidad
De las contadas cosas –¿la única?– que nuestra democracia tiene buenas, es que todos los cargos de elección popular tienen fecha de caducidad.
Pese a las variantes que se les aplican a los procesos y que se imponen a capricho de los gobernantes (como es el caso de las gubernaturas y diputaciones de dos años, y alcaldías de cuatro), hemos vivido bajo mandatos constitucionales sexenales en la Presidencia de la República igual que en las gubernaturas, senadurías de tres y de seis años, diputaciones federales de tres, igual que presidencias municipales y diputaciones locales de tres.
Por eso el refrán aquel de “no hay mal que dure cien años” en política mexicana se aplica a la perfección, nuestros males llegan a durar hasta doce años (dos sexenios fieles, por ejemplo), lapidarios para nuestra economía, pero no van más allá de los dos sexenios, que pasan a la historia política de Veracruz como “la docena trágica”.
Siempre depende del papel que cada político hace estando en funciones el que pueda o no regresar a otro encargo.
La acción de gobernar requiere de mucha preparación –hablamos de hacerlo bien– de un conocimiento amplio de los problemas y necesidades del conglomerado al que se va a dirigir, de la forma de administrar mejor los recursos que se van a tener a la mano, de la manera de hacerlos que crezcan sin necesidad de afectar la economía de los ciudadanos, de cómo hacer para que haya gobernabilidad, es decir, respeto a la autoridad, paz y tranquilidad social, progreso y bienestar; del conocimiento profundo de la historia para tomar las decisiones más acertadas sin afectar lo que ya se hizo, respetando a pie juntillas lo que nuestros antepasados nos heredaron; contar con una amplia visión de futuro y tener claras las prioridades que se deben atender desde el gobierno, como es la salud, la educación, la seguridad, el empleo y otras… y rodearse de gente que tenga especialidad en cada una de las áreas de la administración pública para ubicarlas al frente de cada institución, como lo hizo el Presidente Juárez, como lo hizo en Veracruz don Fernando Gutiérrez Barrios, por ejemplo.
Solo de esta manera es como un político puede aspirar a trascender y a ocupar un lugar digno en la historia de su municipio, su estado o su país tras vencer su fecha de caducidad en el poder.
Pero si el gobernante impuesto a capricho de quien le antecedió es un principiante, ignorante, habilitado o improvisado; si carece de los conocimientos más elementales para entender cuando menos la magnitud de la importancia del cargo que le confirieron y se rodea de iguales, entiende el poder como la oportunidad para disponer para sí de los recursos públicos, de hacer más negocios usando el poder, improvisando en importantes cargos a los cuates, entre ellos, conocidos delincuentes, gente relacionada con las bandas de la delincuencia organizada, lenones a quienes se les pagan sus servicios con importantes y delicados cargos, hetairas de la política, o metrosexuales, y se comparte el poder con la parentela a la que se le extiende primero un certificado de impunidad para que robe lo que sus capacidades le permitan, entonces ya valió madres esa administración, el desastre es lo único que se puede esperar como saldo de una gestión de esta manufactura.
Si usted, estimado lector, piensa que este texto lleva dedicatoria o destinatario, se equivoca, analice y se dará cuenta de que son contados los buenos gobernantes que hemos tenido en Veracruz, ya sea al frente de las administraciones municipales o estatales.
Pero la culpa es nuestra por creer en las promesas de los políticos que, en campaña, nos bajan las perlas de la virgen, nos recetan guiones que les escribieron para engañar a la gente, o los paisanos que por hambre venden su voto sin tener conciencia que con ello están vendiendo su futuro, el de sus familias y el de todo un pueblo.
Ya es tiempo de aprovechar la caducidad de los puestos públicos. Si la de Javier Duarte de Ochoa como gobernador está por llegar a su fin, tenemos que ir pensando bien por quién nos conviene votar para el gobierno de dos años que sigue, en dos años cuando menos se puede poner orden en la casa y ya vendrá la de seis que, si hacemos bien nuestra tarea de elegir al mejor, posiblemente logremos cooperar a levantar de las cenizas este deteriorado estado.
Un buen candidato tiene que demostrar que sabe, que tiene experiencia y que sus propósitos son por el bien de los veracruzanos; que venga rodeado de gente honesta, de paisanos ejemplares y que haya demostrado, a lo largo de su carrera política, congruencia. Estamos seguros de que sí habrá uno con este perfil.
Javier Duarte de Ochoa, a partir del primero de diciembre, cosechará lo que haya sembrado, sabrá si lo hizo bien o mal, si sus amigos lo fueron de a de veras o por interés, incluso si sus parientes (Córsica, por ejemplo) aprovecharon los lazos de sangre que los unen para amasar fortuna en su nombre y sin ningún mérito, si podrá pasear con tranquilidad y la frente en alto por cualquier ciudad de Veracruz, si es admirado, querido o repudiado.
Reflexión
“Por alguna estúpida razón consideran que les sale más barato desaparecer a una persona. Que la impunidad se garantiza cuando desaparecen a una persona”, declaró Roberto Campa, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación… ¿En dónde?, pues aquí en Veracruz donde como en Guanajuato la vida no vale nada. Escríbanos a [email protected] [email protected] www.formato7.com/columnistas
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.