La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
El trasfondo de la alianza
La cruenta batalla interna en el PRD para definir si iban o no en alianza con el PAN en las elecciones estatales que tendrán lugar este año, provocó que quienes encabezan los grupos dentro del partido del Sol Azteca (“Tribus”, les llaman) se sacaran sus trapos al sol e hicieran más evidente que detrás de todos sus discursos en pro de la democracia, existe un procaz objetivo económico.
El propio dirigente nacional de ese partido, Agustín Basave acusó a quienes se oponían a las alianzas, de estar coludidos con el Gobierno Federal y con los de los estados para favorecer al PRI.
Sin embargo, ahora, cuando el dirigente nacional del PRD finalmente recibió el apoyo que reclamaba, sale a la luz que ellos (los pro-aliancistas) también sacarán un beneficio económico con su postura, sólo que en otra ventanilla.
El analista político de El Universal, Salvador García Soto, señala que en los hechos, “la verdadera intención oculta que subyace detrás de las alianzas entre el PAN y el PRD, es asegurar ganar el poder en un estado, porque de ese modo los dos partidos aseguran también una fuente de financiamiento económico, a través del dinero público, para sus campañas por el poder”.
En el caso específico de Veracruz, García Soto explica:
“En la elección veracruzana, el candidato será Miguel Ángel Yunes, un viejo lobo ex priísta que tomó por asalto al PAN en el estado y expulsó a los antiguos liderazgos locales del blanquiazul que hoy aparecen como “independientes”, como Gerardo Buganza y Juan Bueno Torio. Yunes no sólo sabe enfrentar la maquinaria priísta -él operó al lado de Elba Esther Gordillo o del ex gobernador Patricio Chirinos- sino que además tiene en esta elección una motivación muy personal: vengarse del gobernador Javier Duarte, a quien ha dicho que quiere meter a la cárcel”.
Al final de su colaboración del miércoles 13 de enero, José Luis García Soto anticipa: “En Veracruz, aun contra los deseos de Javier Duarte, el seguro candidato será un Yunes; sólo falta saber si Pepe o Héctor. En todo caso el fin de semana habrá humo blanco en el viejo partido”.
En el periódico “El Financiero”, el analista Salvador Camarena desmenuza la carta que redactó Agustín Basave para anunciar su renuncia a la Presidencia del PRD.
Destaca que el dirigente perredista admitió su error de cálculo respecto a la postura de las “Tribus”, cuando señaló: “Debo confesar que no había medido las enormes animadversiones tribales, mayores a las rivalidades con cualquier otro partido. Creí que la consciencia de la crisis que atravesamos y el instinto de supervivencia podrían contrarrestar la injerencia de diversas instancias gubernamentales al interior del partido y las luchas por el control interno y por la interlocución con el gobierno, que hoy están desgarrando al PRD”.
Camarena plantea que al dar marcha atrás a su renuncia, el dirigente perredista descalificó el documento que hizo público la noche del lunes.
“Si realmente hubiera renunciado –reflexiona Salvador Camarena- esta carta tendría un peso moral y político pocas veces visto. Al no dimitir, Basave la convirtió en un vulgar objeto de negociación, cuyo alto costo correrá a cargo de la ya de por sí golpeada imagen del partido. Y dado que es su segundo amago de renuncia, también su palabra se ha devaluado”.
Otro que se detuvo a analizar el caso de Veracruz fue Ciro Gómez Leyva. Remató su columna así: “Se carcajean los lopezobradoristas de Veracruz por la alianza PRD-PAN. Los veracruzanos de izquierda votarán por Morena, aseguran”.
En Veracruz las dirigencias del PAN y del PRD celebran haber alcanzado un acuerdo para ir juntos en la carrera por la gubernatura de dos años. En virtud de que los perredistas no tienen una sola figura con capacidad para dar la pelea, se sumarán al candidato panista, Miguel Ángel Yunes Linares.
Ante tal panorama, ¿cuál sería el beneficio para Veracruz? ¿Qué obtendrá a cambio de sus votos el PRD? ¿Cómo mejorará la democracia en la entidad?
Ya pronto lo sabremos.