Celebra Sección 30 del STPRM triunfo de Aldana
XALAPA, Ver., 31 de diciembre de 2015.- Sentados con una botella al lado esperan los “viejos”, hechos con ropa vieja y aserrín para ser quemados la última noche del año.
En el patio de una casa ubicada en la esquina de la avenida Chedrahui Caram y la calle Francisco Villa, en la periferia de Xalapa, desde hace seis años una familia se dedica a vender los tradicionales “viejos”.
“Si la gente ya no tiene tiempo o no sabe cómo hacerlos, ya no se tiene que preocupar, nosotros ya se los damos hechos, listos para que los usen en sus casas”.
De niña, Atlanta Reyes Hernández aprendió de uno de sus tíos esta tradición veracruzana que simboliza la quema de todo lo bueno y lo malo que se vivió en el año. Un día decidió hacer un par de viejos más para venderlos. La gente comenzó a interesarse y la producción de viejos aumentó.
“Este año los hicimos más grandes y más bonitos. Son más grandes y están más detallados. Tienen cabello y barba de algodón y sus facciones son más parecidas a una persona”.
Desde noviembre comienzan a juntar ropa vieja, zapatos, gorras y sombreros para luego rellenar los pantalones y camisas con la viruta y aserrín y coserlos para que no se salga el relleno.
Cuestan 250 pesos y en la víspera de la celebración de fin de año comienzan a venderlos. Una de las intenciones es que no se pierda esta tradición, pues las nuevas generaciones poco se esmeran por armarlos en las casas y alistarlos para la noche de año nuevo.
En la calle Joaquín Arroniz, cerca de la calle Pípila, otra familia sigue esta iniciativa. Afuera de su casa donde vende ropa de uso, esperan sentados sobre un coche y en una silla sobre la banqueta, cuatro viejos rellenos con viruta. Los venden en 200 pesos y desde el día 29 ya comenzaron a venderlos.
Así, los viejos se ofertan a las familias de Xalapa para que ya en sus casas se les pongan cuetes, se rocíen con algún combustible o simplemente se les prenda fuego y se viva esta tradición veracruzana.
Cabe mencionar que la Secretaría de Protección Civil (PC) recomienda mucha precaución a quienes participen de esta costumbre, pues se prevén vientos la noche del 31 de diciembre, lo que aumenta la combustión de estos muñecos.