Por tecnología y redes sociales jóvenes baja interés en Día de Muertos
XALAPA, Ver., 4 de noviembre de 2015.- La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de permitir el uso recreativo de la marihuana no implica una protección a los narcotraficantes, aclaró el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), José Martín Pérez García.
En entrevista para Conexión Veracruz, consideró que la aprobación es saludable y protege los derechos de aquellas personas que pueden reclamar y decidir sobre su cuerpo sin que se les criminalice, por lo que reconoció que estos temas colocan a México en el estándar de temas de derechos humanos.
Recordó que la SCJN también aprobó los matrimonios entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adoptar, con lo que demuestra que procesa y revisa las leyes en las perspectivas de los tratados internacionales que se han firmado y que siempre ayudarán a mejorar las condiciones y la vida democrática de las personas y las instituciones.
No obstante, advirtió que “nada de esto es mágico, sino que va a requerir un proceso”, por lo que se debe preparar al sistema de salud para garantizar el derecho de las personas a la salud plena y ayudarles con instalaciones que prevengan riesgos o daños secundarios.
Reiteró que la aprobación de la SCJN no protege a los narcotraficantes sino a los ciudadanos, principalmente jóvenes, estigmatizados y encarcelados por hacer un uso lúdico de la marihuana, lo cual no es delictivo.
Consideró además que esto obliga a las fuerzas policiales a revisar sus estrategias y concentrar sus esfuerzos en controlar los elementos básicos que dan vida al crimen organizado: impunidad y corrupción.
“Es un escenario nuevo pero creo que tenemos que asumir que el mundo está cambiando y México también tiene que cambiar”.
Respecto del uso medicinal de la marihuana, consideró que esta primera apertura permitirá analizar el tema.
Advirtió que es parte del crecimiento esa necesidad de experimentar con sustancias, “aunque nos cueste trabajo entenderlo”, por lo que repitió que no es un delito y, sin embargo, los jóvenes se habían convertido en presas de las fuerzas policiales, las cuales los criminalizaban pese a que no hacían ningún daño.
Consideró que antes de criminalizar a los jóvenes, se les debe informar sobre los efectos del consumo de estas sustancias y evitar generar el rumor de que esto permite la protección de los narcotraficante y la venta desmedida de la marihuana.