Raúl López Gómez/Cosmovisión
* Los aspirantes del PRI
En la búsqueda del privilegio de gobernar Veracruz “aunque sea por sólo dos años”, en el PRI la carrera se divide en categorías, y los aspirantes son colocados en la que les corresponde, a partir de su peso… político, por supuesto.
Haciendo un símil con las ligas del futbol profesional mexicano, los senadores priistas José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa serían los contendientes de la más alta categoría, la llamada “Liga MX”. En todas las encuestas aparecen en la punta, con más de quince puntos de ventaja sobre sus más cercanos contendientes.
Sus nombres son altamente conocidos entre la sociedad veracruzana y en ambos casos las opiniones favorables superan a las negativas. Cada uno de los senadores priistas guarda en sus bolsillos encuestas que los favorecen, aunque los dos admiten que la diferencia es tan poca, que se puede calificar como “empate técnico”.
De ellos se ha hablado mucho y quizá el único inconveniente para que compitan en el 2016, es que ambos preferirían ser gobernadores por un período de seis años, esto es, les atrae más la elección de gobernador del 2018.
Sin embargo, ambos saben que la política es de circunstancias, y los números positivos que hoy poseen podrían ya no existir más adelante, por lo que aplican aquella máxima que más o menos dice: “Más vale gubernatura de dos años en mano, que ver un sexenio volando”.
En todo caso se forman en la fila de la de dos, para negociar las mejores condiciones posibles rumbo al 2018.
En la llamada “Liga de Ascenso, figuran los conocidos como “los Cuatro Fantásticos” (algunos, los malquerientes, les aplican el mote de “Los Jinetes del Apocalipsis”). Se trata de cuatro personajes que se han destacado en la política local y que, se sabe, son muy cercanos al actual Gobernador Javier Duarte.
De todos ellos, el que marcha a la cabeza, aunque aún muy lejos de los senadores, es Érick Lagos Hernández. Fue dirigente del PRI en la entidad, fue secretario de gobierno y hoy es diputado federal electo, por el Distrito de Acayucan, con la más alta votación conseguida en la entidad. Ya fue destapado como el próximo coordinador de la bancada priista veracruzana en San Lázaro, lo que muchos han tomado como el premio de consolación.
Tiene dos grandes problemas: El primero, que es identificado como el más fidelista de los contendientes, y existe una fuerte corriente al interior del PRI que se opone a que el “Tío Fide” siga imponiendo a sus muchachos. El segundo es que está muy abajo en los números. Cuando los de la Liga MX andan por los 25 puntos, él cuando mucho suma 9 unidades.
En esa misma categoría figuran otros tres personajes de la política local que insisten en mantenerse en la contienda, a pesar de que los sondeos no les favorecen: Alberto Silva Ramos, Jorge Carvallo Delfín y Adolfo Mota Hernández.
Todos ellos le apuestan a la experiencia más reciente. Javier Duarte estaba muy abajo en las encuestas en el 2009, y gracias a una intensa operación política, logró repuntar hasta quedarse con la gubernatura.
Sus esperanzas están basadas, además, en la posibilidad de que Javier Duarte imponga, o al menos sugiera, al candidato priista para sucederlo. De ser así, están seguros de que la recomendación caerá en alguno de ellos, y los otros habrán de sumarse.
Hay otros que viven sueños guajiros y pretenden ser entronizados por emisarios del pasado. Ni Tomás Ruiz, ni Alejandro Montano entienden que los tiempos de Miguel Alemán ya concluyeron y si en el 2004 no pudo imponer a su sucesor, mucho menos podrá influir ahora.
A final de cuentas, “este es el juego de Juan Pirulero… que cada quien atienda su juego”.