Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
Pepe, Héctor y un local, la terna
Lo que es la magia del período electoral.
Hoy nadie habla ya de las supuestas órdenes de aprehensión contra funcionarios del gobierno estatal. Hoy Miguel Ángel Yunes Linares ya no recorre el estado echando pestes contra Javier Duarte y su gabinete. Hoy nadie habla de la presunta quiebra financiera de la actual administración.
Hoy el tema es el saldo de la jornada electoral (20 legisladores veracruzanos afines al Gobernador), la inminente iniciativa para la renovación del Código Electoral de Veracruz, y la carrera por la candidatura al gobierno de dos años, que se definirá en los primeros días del 2016.
Hoy lo que se platica en los cafés es que Javier Duarte habría sumado los suficientes puntos en este proceso electoral como para ganarse el derecho de participar en la definición del candidato a sucederlo.
La decisión se tomará en Los Pinos, pero ahora el gobernador de Veracruz estaría en condiciones de presentar una terna y defenderla ante el primer priista del país.
Si hoy se tuviera que definir ese tema, la terna que presentaría Javier Duarte incluiría a Héctor Yunes, a uno de los llamados “Cuatro Fantásticos” (esto es, Érick Lagos, Jorge Carvallo, Alberto Silva o Adolfo Mota) y a Pepe Yunes.
Javier Duarte incluiría a los senadores por mera lógica matemática. Son los que están mejor calificados en todas las encuestas. Sin embargo, plantearía la conveniencia de impulsar la “opción local”, respaldada por el capital político de los dos Yunes, con el argumento de que tanto Héctor como Pepe mantendrían su presencia en la entidad durante los dos años del gobierno de transición (pues seguirían en la Cámara Alta) y trasladarían su competencia por la gubernatura al 2018, blindando esa opción mediante acuerdos al más alto nivel y con la asignación de posiciones estratégicas para miembros de sus equipos.
Ni a Pepe ni a Héctor les debe sonar mal este escenario, lo que los hará dudar es que la propuesta surja de Javier Duarte y, por lo tanto, que se trate de otra “fideliña”.
Es por eso que el gobernador de Veracruz estaría llevando su planteamiento a Los Pinos, para que sea el propio Presidente, o alguno de sus operadores políticos, el que se encargue de “planchar” a los senadores.
¿Por qué interesaría en Los Pinos que Pepe o Héctor disputaran la gubernatura en el 2018?
Porque le sumarían votos al candidato presidencial.
¿Y Buganza, Tomás Ruiz y Montano?
Son simples artificios distractores. Son los que completan la lista de aspirantes, pero cuya participación es meramente simbólica. No sería raro que alguno de ellos se la creyera y al ver que no es considerado se fuera a buscarla por la vía de la candidatura independiente, con el consecuente y lógico fracaso.
¿Quién de los “Cuatro Fantásticos”?
Hoy Javier Duarte ya tiene el nombre de uno de ellos en la bolsa, pero entiende que no es aún el momento de tomar la decisión. Los dejará correr, que cada uno desarrolle su estrategia y en los primeros días del 2016 estará develando ese secreto.
Por lo que se ve hasta ahora, Érick Lagos ha entendido que es el candidato más débil y por lo mismo decidió “madrugar” a sus contrincantes. Operó su elección para entregar cifras contundentes y se convertirá, por ese simple hecho, en el coordinador de los diputados priistas de Veracruz. Su problema es que no tiene padrinazgos fuertes en la capital del país.
Jorge Carvallo y Adolfo Mota le apuestan a sus relaciones en el altiplano.
El legislador por Los Tuxtlas mantiene contacto y acuerdos con los más destacados políticos mexiquenses, y en la campaña del 2012 fue el coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto en Veracruz.
Adolfo Mota ya fue diputado federal (2006-2009) y en aquel entonces se destacó por su habilidad para escalar posiciones entre los 500 diputados. Sabe qué es lo que hay que hacer, sabe qué puertas debe tocar.
Alberto Silva aplica la estrategia del Peje: “A mi denme por muerto”. Con eso busca evitar el golpeteo, mientras fortalece su relación con el Gobernador de Veracruz, tiende puentes con grupos y personajes con los que se había confrontado, y opera con sus padrinos en la capital del país para llegar bien cobijado al Congreso federal.
Así, pues, la contienda por la gubernatura de dos años se limita a seis personajes, y el liderazgo en las encuestas no será el único factor que se habrá de considerar para la decisión final.
Lo que todos tienen claro es que la única posibilidad de que el PRI mantenga la gubernatura en Veracruz es operando desde la unidad de su militancia.