Carlos Ramírez/Indicador político
Los mitos de Buganza
No se dejen engañar. Gerardo Buganza no tuvo participación alguna en el triunfo de Marco Aguilar en Córdoba. Si algo hizo el secretario de Gobierno, fue estorbar.
Llevó apoyos al Distrito, sí, pero los distribuyó a nombre de la organización “Generando Bienestar”, sin vincularlos con el candidato. Gerardo Buganza fue a Córdoba a promoverse él mismo, utilizando como pretexto la campaña de Marco Antonio Aguilar.
Más aún: Utilizó un portal de noticias que usufructúa a través de terceros en aquella zona (Radares Noticia) para golpear en forma sistemática al candidato de su jefe y amigo, Javier Duarte.
Quizá en Tantoyuca sí haya sido determinante la mediación del panista renegado. Hay versiones, muy consistentes, que mencionan que en aquel Distrito Joaquín Guzmán Avilés vendió la elección a los priistas y que habría pedido que le montaran el numerito de la captura de sus empleados, para usarlo como justificación ante su compadre, Miguel Ángel Yunes Linares. (“No pude operar, Miguel, no me dejaron”).
Los intereses de Joaquín Guzmán están en la diputación local, que se disputa en el 2016 y en la presidencia municipal de Tantoyuca, del 2017, así como en las obras que el estado vaya a hacer en la zona, para las que puede ser contratada su empresa constructora.
Una negociación de ese tipo, a ese nivel, sí puede ser acreditada a Buganza Salmerón, quien domina el arte de la traición y el engaño.
De nada servirá al actual secretario de Gobierno la campaña lanzada en Xalapa para acreditarse el mérito de los triunfos más sonados del priismo en la entidad, o las amenazas veladas de ir como candidato independiente para conseguir en Veracruz lo que logró “El Bronco” en Nuevo León. Él simplemente no está considerado en el proyecto sucesorio del 2016, pues nadie -ni azules ni rojos- confía en él.
En el caso de los rojos se acentúa la ventaja que llevan los senadores José y Héctor Yunes, pues ninguno de los que se han apuntado y que compitieron por una curul federal (Lagos, Carvallo, Mota o Silva), presenta números como para competir el próximo año.
El caso de los azules es más complejo.
Miguel Ángel Yunes Linares, quien consiguió de su amigo Gustavo Madero la primera posición en la lista de candidatos por la vía plurinominal, se había comprometido a entregar una contundente victoria de las huestes panistas en la entidad. Dos triunfos en 21 Distritos no era lo que esperaban de él.
Juan Bueno Torio perdió Córdoba, Víctor Serralde cayó en Huatusco, Joaquín Guzmán fue derrotado en Tantoyuca, Jesús Mancha sucumbió en Tuxpan, Abel Cuevas ni las manos metió en Coatepec. Fallaron también Enrique Cambranis y Domingo Bahena. Julen Rementería no se puede acreditar la victoria en Veracruz, pues con mucha anticipación se desmarcó de ese compromiso.
Así, ninguno de los panistas candidateables hizo méritos en la reciente elección federal para confirmarse, por lo que la decisión en Acción Nacional tendría que surgir a partir de una reestructuración de sus dirigencias y el rescate de los liderazgos que fueron ignorados por la soberbia de quienes poseen en la actualidad la franquicia de ese partido.
El propio Gerardo Buganza ha deslizado algunas insinuaciones a grupos de amigos panistas, de que él podría ser la opción externa para el 2016, pero ya nadie le cree.
En el PAN tienen claro que el que traiciona una vez, puede volver a hacerlo.