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Subestimar la complejidad
* El tiempo de los Yunes
Decía Víctor Hugo: “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.
Hoy quienes juegan a la política en Veracruz tienen “un ojo al gato, y otro al garabato”. Hoy operan para conseguir los mejores resultados posibles en la elección del próximo 7 de junio, pero no pierden de vista la sucesión del 2016, la de Gobernador.
Conforme el tiempo transcurre, se va confirmando el escenario que menos querían los herederos de la Fidelidad. El PAN llevará como candidato, una vez más, a Miguel Ángel Yunes Linares, quien contenderá contra alguien con el mismo apellido, abanderado por el PRI: Pepe o Héctor.
Se estaría derrumbando una de las sentencias que alguien atribuyó al exgobernador Fidel Herrera: “Mientras yo viva ningún Yunes será gobernador de Veracruz”.
Para muchos quedó claro que la “genial jugada” de reducir a dos años el próximo período de Gobernador, tenía como intención primordial la de desalentar a los Yunes –tanto a los panistas como a los priistas- y abrir un resquicio en la circunstancia política local para colocar a otro de la generación fidelista.
Eso no va a suceder. Ninguno de los “nietos de Fidel” creció en las encuestas, que hoy sólo muestran a tres personajes con posibilidades reales de triunfo, los tres Yunes, José Francisco, Miguel Ángel y Héctor.
Pero mientras en el PAN ya parece definida la carta sucesoria, en el PRI se vive una carrera “parejera” entre los dos senadores, ambos unidos por un pacto de no agresión, pero con estrategias muy distintas en su afán de conseguir el objetivo, que es sentarse en la silla de Palacio de Gobierno.
Conocedor de las más refinadas técnicas de combate, Héctor Yunes Landa golpea y se aleja, pica y huye. Hoy es el más crítico de la actuación del Gobernador, y mañana se sienta con él y logra acuerdos.
Cuando estalló la bomba de la reforma electoral que reducía a dos años el período del próximo gobernador, el más beligerante, el más violento en su discurso contra tal medida, fue Héctor Yunes. Destacaba frente al discurso firme, pero moderado de Pepe Yunes.
Pero el tiempo pasó y poco a poco ese discurso agresivo de Héctor Yunes se fue suavizando. El cambio de volumen coincidió con la incorporación de un par de servidores públicos a la administración estatal, muy cercanos a Héctor, y la versión de que él mismo ya se habría sentado a platicar (“negociar” dirían algunos) con el Gobernador.
Hoy los analistas ubican a Héctor Yunes como “el candidato del Gobernador”.
Pepe Yunes, por su parte, tomó un camino diametralmente opuesto. Inició con una firme protesta por lo que calificó como una decisión equivocada (la creación de esa gubernatura de transición) y conforme pasó el tiempo endureció su discurso contra el desempeño en el ámbito financiero de la administración duartista.
“Yo no ando hablando mal de las finanzas públicas de Veracruz, yo no ando hablando mal del gobernador, yo no ando tratando de generar algún tipo de acción que pudiese tener las lecturas y las interpretaciones -y todas válidas- que cada quien quisiera dar. El tema es sencillo, si me preguntan mi opinión sobre las finanzas públicas y yo creo que las finanzas públicas están mal, se los contesto”, explicó en su momento el senador oriundo de Perote.
Pepe Yunes no se ha sentado a platicar con Javier Duarte, de hecho ha desatendido las invitaciones a encontrarse. No acude a los eventos que organiza el mandatario estatal y, aunque admite que fue su coordinador de campaña, advierte que nunca le aceptó cargo alguno en su administración.
Hoy los analistas ubican a Pepe Yunes como “el candidato del centro”, lejano al Gobernador.
La definición de la candidatura entre Pepe y Héctor tendrá mucho que ver con la circunstancia política que viva Veracruz a inicios del 2016.
Si Javier Duarte se fortalece, si resuelve sus problemas administrativos y financieros, si recupera la confianza del Presidente Enrique Peña Nieto, entonces Héctor Yunes será la opción más fuerte.
Pero si continúa el deterioro político en la entidad, si el castigo a presuntos defraudadores del erario estatal hace más ruido del que se quisiera, si persisten los problemas de liquidez y no se pone freno al gasto, la alternativa más viable será Pepe Yunes.
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