Carlos Ramírez/Indicador político
* DELEGADOS FEDERALES, ¡A LA BÁSCULA!
Es muy probable que después de las elecciones de junio próximo se dé una sacudida de delegados federales en Veracruz.
Estos movimientos, según se sabe, nada tendrán que ver con los resultados adversos que pudiera obtener en los comicios venideros el partido en el poder, ya que los funcionarios federales no son candidatos ni se han entrometido en las campañas de los abanderados priistas precisamente porque han recibido la instrucción de que sean muy cuidadosos y que no provoquen suspicacias de que estuviesen violando la ley electoral.
En cambio, lo que sí les habrían dicho es que la manera más efectiva de ayudarlos es cumpliendo bien su chamba como servidores públicos, con honestidad y transparencia, estando cerca de la ciudadanía y atendiendo con calidez y eficacia sus trámites y demandas.
Lo que en realidad preocupa a los operadores políticos de la Federación es la bajísima aceptación popular que a estas alturas de su mandato mantiene la administración del presidente Enrique Peña Nieto, cuyo régimen concluirá dentro de tres años. Y por ese motivo es que están convencidos de que por su contacto directo con la población los delegados federales, con mejor trabajo y buenos resultados, pueden ser piezas fundamentales para reivindicar y fortalecer la decaída imagen presidencial.
Por el momento, ha trascendido que entre los representantes del gobierno de la República en Veracruz que se encontrarían “bajo evaluación” estarían Marco Antonio Torres Hernández, de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa); William David Knigth Bonifacio, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT); Antonio Benítez Lucho, de la Delegación Veracruz-Norte, y, obviamente, Marcelo Montiel, de la Secretaría de Desarrollo Social, por el escándalo mediático en el que ha sido involucrado por el senador independiente Alejandro Encinas, quien recién denunció públicamente un presunto desvío de 500 millones de pesos en los programas federales de desarrollo social en esta entidad.
A Torres Hernández, de la Sagarpa, le estaría afectando además el prolongado conflicto interno de la Liga de Comunidades Agrarias de la CNC, pues un grupo de choque que recuperó violentamente el edificio cenecista está encabezado por el diputado local Edgar Díaz Fuentes, quien el año pasado fue impuesto como dirigente provisional por la ex lideresa Bertha Hernández Rodríguez, tía del funcionario federal. Pero el legislador de Chicontepec no tuvo la capacidad de conciliar con los diversos grupos de productores afiliados a esa central campesina del PRI, lo que agravó la crisis y obligó a la dirigencia nacional a enviar a un delegado con funciones de presidente, al cual boicoteó.
En cuanto a David Knight le estarían pesando las opiniones adversas de los constructores locales, quienes se quejan de que la mayoría de las obras de rehabilitación de carreteras federales las estaría asignando a empresas foráneas. Knigth Bonifacio carga también la sospecha de enriquecimiento ilícito luego de que en agosto de 2014 el diario Reporte Índigo publicó un amplio reportaje sobre 12 propiedades valuadas en más de 2 millones de dólares que el funcionario adquirió en el estado de Texas, Estados Unidos, entre 2008 y 2013, años en que se desempeñó como subdirector del Centro SCT Veracruz, luego como subsecretario de la Secretaría de Comunicaciones del gobierno del estado, y ahora como titular de la delegación federal, cargo por el que percibe 85 mil pesos mensuales.
De David Knight se duda que pudiera ser removido, ya que es protegido por su yerno Roberto Gil Zhuart, actual senador de la República, por el PAN, y ex secretario particular del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Otro que estaría “bajo evaluación” sería Benítez Lucho, ex secretario particular del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, en cuya administración fue director del IPE, de la CAEV y diputado federal priista. El delegado del IMSS Veracruz-Norte tendría en contra las recurrentes quejas de los derechohabientes, denuncias de negligencias médicas y el reciente escándalo en las redes sociales por la abortada boda de su hija en la Fortaleza de San Carlos, un monumento histórico de Perote donde tuvo su origen el Ejército Mexicano.
#NO TEXTEO, SUS ALCANCES
Xalapa es una de las ciudades más saturadas de automóviles en todo el país.
Estudios recientes han concluido que la capital veracruzana presenta índices vehiculares por kilómetro de vialidad y por kilómetro cuadrado más altos en relación a otras ciudades de todo México. Esto es innegable y es un reto para las actuales autoridades municipales, como también lo es para todos quienes convivimos con el parque vehicular y sus riesgos diarios.
Precisamente, uno de los nuevos factores de peligro que encontramos entre los automovilistas es el de usar el teléfono celular mientras se conduce, ya sea por ir hablando o escribiendo en el dispositivo móvil.
Atendiendo a esta práctica nociva, el Consejo Municipal de Movilidad de Xalapa emprendió una campaña mediática con el lema #NoTexteo que a casi tres semanas de su inicio ha mostrado alcances positivos tras haberse inscrito en la conciencia de los automovilistas que principalmente circulan por la capital del estado, aunque es cierto, evitar accidentes automovilísticos a causa del uso del celular no es privativo de la llamada “Atenas Veracruzana”.
La importancia de alertar e involucrar al ciudadano a que sea responsable mientras conduce un vehículo es equiparable a evitar daños a la ciudadanía por un descuido y así asegurar una mejor vialidad.
Pedro Muzquiz Peña, secretario técnico del Consejo Estatal de Prevención de Accidentes, ha reconocido que entre el 10 y el 13 por ciento de los accidentes están provocados por los distractores, principalmente por los teléfonos celulares. Incluso, ha compartido como medición que conducir un vehículo y distraerse con el celular equivale a manejar a lo largo de una calle de 150 metros a 60 kilómetros por hora con los ojos vendados, de tal forma que el celular es el principal factor de atropellamiento, superando al choque entre dos vehículos.
“El 30 por ciento de las víctimas no tenían nada que ver con los accidentes, simplemente estuvieron en el momento y lugar equivocado, con un conductor irresponsable por utilizar el celular cuando lo atropelló”, ha dicho Muzquiz.
#NoTexteo, como iniciativa, no es nueva en el mundo ni en el país, aunque sí la han retomado con pertinencia y oportunidad las autoridades municipales de Xalapa, porque la responsabilidad debe fomentarse entre todos y debiera replicarse en todos los municipios del estado por tratarse de un asunto público inherente a la seguridad vial.
Ya en el puerto de Veracruz se tiene la estadística que registra un promedio de 4 accidentes diarios en las calles, e incluso se tiene la medición que el 19% de accidentes viales de todo el estado se registran en la conurbación de Veracruz-Boca del Río. De tal tamaño es la incidencia y los riesgos que genera la principal causa de accidentes de tránsito en el puerto jarocho: la distracción con el celular, como lo reconoce el director de Protección ciudadana y Vialidad, Germán García Contreras.
Se trata de evitar que las calles de Xalapa, Veracruz y de todo el estado se conviertan en extremadamente peligrosas por la omisión, irresponsabilidad y prácticas viciosas a la hora de conducir un automóvil.
Nuevo León es el estado con más accidentes vehiculares a nivel nacional, y con alta frecuencia son ocasionados precisamente porque el conductor se distrae al utilizar su celular y textear. Por lo que, el año pasado, el Congreso neoleonés aprobó una iniciativa del diputado local del PRI, Juan Manuel Cavazos Balderas, para que se sancionara con el retiro de licencia a los automovilistas que fueran sorprendidos manejando y texteando, por lo que los 51 municipios de esa entidad deben atender el llamado y modificar su Reglamento de Vialidad y Tránsito.
Mientras en Nuevo León ya han agudizado las sanciones, aquí al menos el municipio de Xalapa ya empezó a hacer su parte, y en cada automovilista deberá quedar claro el mensaje pues se trata de crear cultura vial y evitar accidentes de tránsito. Y lo deseable es que trascienda a la conciencia, no sólo de la sociedad xalapeña sino en la de todo el estado.