Carlos Ramírez/Indicador político
* Los candidatos y su trayectoria
Veracruz está volviendo a ser tema a nivel central.
Hoy, sin embargo, cuando se habla de esta entidad no se refieren a muertes o ejecuciones (que las sigue habiendo) ni mencionan nuevos ataques a periodistas (que han cesado). No, hoy hablan de algo tan grave y triste como todo eso: hoy se habla de corrupción, se habla de una inocultable crisis financiera, se hacen señalamientos contra el gobierno estatal que impactan, un día sí y otro también, a las campañas políticas y, principalmente, a los candidatos que abanderan el PRI y el Partido Verde.
Para nadie es un secreto que, salvo honrosísimas excepciones, el ejercicio del poder desgasta. Siempre será más cómodo para los candidatos opositores basar su campaña en el señalamiento constante de las cosas que han dejado de hacer quienes ostentan los cargos públicos. Se trata de un debate inequitativo, pues el que denuncia no tiene responsabilidad alguna que se le pueda juzgar.
Si aunado a esta natural desventaja, se llega a la campaña electoral con cifras muy negativas de los servidores públicos en las mediciones de aceptación popular, de pronto los candidatos deben borrar de sus discursos cualquier referencias a los gobiernos actuales. Buscan presentarse por ellos mismos, basar su oferta política en su trayectoria personal, y evitar cualquier vinculación con los criticados gobiernos de su partido.
La trayectoria personal. El que quiera jugar, que se revise la cola.
Mal está el panorama para varios candidatos cuando tienen que poner su hoja de vida por delante para convencer al electorado. Las referencias no ayudan mucho.
Érick Lagos puede hablar de su trayectoria en el servicio público y en el ámbito político. Dirá que fue subsecretario y secretario de gobierno, que fue diputado local y dirigente de su partido, el PRI, pero deberá explicar, además, cómo es que en apenas 10 años logró la fortuna que posee en la actualidad.
En el sector rural de su distrito, con cabecera en Acayucan, deberá dar la fórmula para hacer crecer un rancho como el que posee, envidia de productores agropecuarios que han trabajado toda su vida de sol a sol y no han conseguido esos resultados.
Jorge Carvallo Delfín también hablará de su paso por áreas tan sensibles como la Secretaría de Desarrollo Social del Estado, o el Congreso de Veracruz y la dirigencia del PRI, pero también deberá explicar el origen de su fortuna y su actuación –en los tiempos de Fidel Herrera- como encargado del comité de adquisiciones, desde donde de cocinaron los mal afamados “moches”.
Y Noemí Guzmán deberá aclarar, con lujo de detalles, su comportamiento al frente de la Secretaría de Protección Civil y los señalamientos de que utilizó esa plataforma para “llevar agua a su molino”.
Otros, por su parte, llevan con orgullo su curriculum vitae y descansan en él para empeñar su palabra.
En Xalapa, Elizabeth Morales se para ante los votantes y los invita a sumarse a su proyecto; les habla de sus problemas y demuestra que conoce a detalle las necesidades de la capital del estado. Sui paso por la alcaldía xalapeña y su anterior incursión en el Congreso federal, le dan las herramientas para augurar un buen trabajo para los xalapeños.
En la misma capital, pero en el sector rural, Adolfo Mota antepone su trayectoria y convoca a los ciudadanos a sumarse a su proyecto. Apenas el pasado sábado el dirigente nacional del PRI, César Camacho, se refirió a Mota en los mejores términos: “Es un hombre a quien nadie le ha regalado nada, cada oportunidad la ha devuelto con buenos resultados, lo mismo en el partido que en el gobierno”.
En Córdoba, Marco Aguilar Yunes tiene capacidad y experiencia comprobadas en dos de los rubros más sensibles para la población: Seguridad y empleo. A donde llega habla con propiedad y conocimiento de causa, lo que no pueden hacer sus contrincantes.
En Martínez de la Torre, Édgar Spinoso llega ante los ciudadanos y los ve de frente, les explica con detalle su proyecto y los convence. Ellos saben que tiene experiencia y conocimiento. Anilú Ingram va de puerta en puerta y expone su propuesta a los jarochos. Nunca se ha robado un peso, y siempre ha visto por sus paisanos. Esas son sus mejores cartas.
Hoy no son tiempos para descansar en el prestigio de los gobernantes. Hoy son momentos de ganar, a pesar de ellos.
Quien no lo entienda así, está condenado al fracaso.