David Colmenares Páramo/Día mundial de la información para el desarrollo
¿No tienen cola que les pisen?
¡Oh, verdadera agradable sorpresa! Por fin, una candidata veracruzana a diputada federal, ésta por el Partido del Trabajo, Citlalli Navarro del Rosario, del distrito IV de Veracruz Rural (Boca del Río) presentó e hizo pública sus declaraciones: patrimonial, de posible conflicto de intereses y de pago de impuestos. Se sumó, así, a la iniciativa “Candidato Transparente” que promueven Transparencia Mexicana y el Instituto Mexicano de la Competitividad.
La candidata boqueño demostró que de que se puede se puede… si se quiere. Dijo que de esa manera quería que sus electores supieran que tiene las manos limpias y que nada tiene que ocultar. “… para hablar de temas como la transparencia, la rendición de cuentas y fiscalización, debemos empezar con el ejemplo”, expresó y tiene toda la razón.
Informó que sus datos ya se encuentran en el sitio web www.candidatotransparente.mx desde el viernes pasado y pidió a la ciudadanía que sea exigente con el resto de los candidatos para que presenten sus respectivas declaraciones.
El jueves pasado, la candidata del PAN al gobierno de Michoacán, Luisa María “Cocoa” Calderón Hinojosa, había dado a conocer también sus declaraciones. Al hacerlo dijo que “es obligación de todos los políticos que aspiramos a tener un cargo de representación de los ciudadanos el poderles entregar cuentas claras, que puedan tener acceso a nuestra información para que nos conozcan bien y tengan la certeza y confianza de que lo que buscamos es servirlos y no obtener un beneficio personal”.
Señaló que con su acción daba prueba del tipo de gobierno que ofrecerá, “un gobierno de verdad, transparente, que rinde cuentas”. “Cocoa” respondió también, así, a la iniciativa de Transparencia Mexicana publicando sus declaraciones en la plataforma www.candidatotransparente.mx y notificó que sus ingresos anuales superan los 2 millones de pesos
En cuanto a bienes, es propietaria de un departamento en la Delegación Benito Juárez, un terreno en Salvador Escalante, Michoacán de más de mil 400 metros cuadrados de superficie. También tiene dos casas en Morelia, con valor de 1 millón 150 mil pesos y 997 mil pesos, respectivamente. Declaró ser dueña de un automóvil Renault, modelo 2013, con valor de 220 mil pesos. También declaró propiedades a nombre de su hijo y de su madre.
La hermana del expresidente Felipe Calderón se sumó al también panista Francisco Domínguez, candidato en Querétaro, así como a la candidata del PRD a gobernador de Colima, Martha Zepeda del Toro, como los únicos aspirantes al cargo de gobernador en seguir la iniciativa.
El viernes, el influyente periodista, Pascal Beltrán del Río, director editorial de Excelsior (es el único director de un medio de la llamada gran prensa nacional que es periodista columnista que viene de ser reportero, que publica de lunes a viernes), escribió igualmente sobre el tema de la transparencia como lo había hecho Leo Zuckermann:
“Igual que no hay muchos locos que coman lumbre, tampoco hay muchos políticos que —de propia, libre y espontánea voluntad— revelen el tamaño de su patrimonio, las cantidades que han contribuido al fisco e identifiquen sus intereses potencialmente conflictivos con el cargo que detentan o buscan.
Es evidente que, en la mayoría de los casos, esa información tiene que extraerse por la fuerza de la ley o de la exigencia ciudadana.
La razón es porque no está en su naturaleza ser transparentes. Usted los ha escuchado: ni siquiera son capaces de llamar dinero al dinero. Lo llaman ‘el recurso’.
Claro que, como todo en la vida, hay excepciones —me consta que existen verdaderos servidores públicos, que llevan una vida honorable—, pero el dinero es una cosa que la mayoría de los políticos prefiere manejar sigilosamente.
Les gusta mostrar lo que han adquirido con él, pero detestan revelar cuánto tienen en su haber y cómo se lo han apropiado.
Sin embargo, las cosas parecen haber comenzado a cambiar. Algunos se han dado cuenta de la mancha que esa opacidad para conseguir el dinero y la desfachatez para gastarlo han causado en el conjunto de la clase política.
Motivados por su propia convicción ética u orillados por esa mala fama, un puñado de aspirantes a cargos de elección ha subido sus tres declaraciones —patrimonio, impuestos e intereses— a la página www.candidatotransparente.mx creada por Transparencia Mexicana, el Imco (Instituto Mexicano para la Competitividad) y otras organizaciones de la sociedad civil como parte de una campaña denominada #3de3”.
No es ningún secreto, digo yo, que Michoacán es uno de los estados más violentos del país con muchas bandas criminales, y “Cocoa” Calderón con su decisión echa por tierra el argumento como el que manejó el dirigente del Partido Verde Ecologista de México en Veracruz, Juan Eduardo Robles Castellanos, de que los candidatos de sus siglas no dan a conocer sus declaraciones por motivos de seguridad y porque “no tienen cola que les pisen”.
Según este señor, no es necesario que sus candidatos transparenten sus bienes “pues todos cuentan con patrimonios que han logrado a base de esfuerzos” (tres candidatos de su partido son el hijo mayor de Fidel Herrera Beltrán, del mismo nombre, Édgar Spinoso Carrera y Carolina Gudiño Corro, qué seguramente cómo han sudado sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor, como dijera Winston Churchill, para reunir su modesto patrimonio.
Insistió en que no es necesario que digan cuántas casas, autos, cuentas bancarias poseen “porque podemos caer en el morbo, de ver qué es lo que tienen y cuánto tienen”, dijo, según la reportera Noemí Valdez, de Notiver. ¡Qué tipo! ¡Cuánto cinismo!
Lo cierto es que en Veracruz, salvo Citlalli, todos los candidatos de todos los partidos han optado por la opacidad y falta de transparencia.
Candidatos pagan vicios de su partido
¡Vaya que se las están viendo negras los candidatos del PRI! Resulta que aparte del fuego amigo al que están siendo sometidos por compañeros de su propio partido por conflicto de intereses, y de presencias que en nada les ayuda como la reciente de Fidel Herrera Beltrán, ahora también sufren las consecuencias de una vieja práctica y vicio que ejerció, puso de moda y perfeccionó su partido: la mercantilización de las campañas y del voto.
Durante años y años, las campañas del PRI se hicieron a base de dinero, mucho dinero, hasta el grado del derroche y el despilfarro. Por ejemplo, hace tres años, el candidato Alejandro Montano Guzmán, de Xalapa Rural, ejerció tal cantidad de recursos que compró cientos de pares de zapatos en Naolinco, de todas las tallas, y prácticamente enzapató a niños, mujeres y ancianos de preferencia, de todo el distrito. Aparte, periódicamente alquiló autobuses y llevó a cientos de niños campesinos a conocer el Acuario del puerto de Veracruz junto con sus padres y familiares. Eso aparte de las despensas, láminas, cobijas, cemento y todo lo que usted quiera agregarle, más el reparto en efectivo.
Hoy, Adolfo Mota Hernández sufre las consecuencias. Está comprobando que su partido encareció mucho las campañas y la compra de votos y ahora que no hay dinero el electorado no responde porque quiere “gasolina”. Lo mismo está pasando en todos los distritos. Y todavía falta que llegue el 7 de junio cuando todos querrán cobrar los 500, 700 y hasta 2,000 pesos que les pagaban por ir a votar.