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XALAPA, Ver., 13 de abril de 2015.- En las cárceles mexicanas hay una población significativa de indígenas y no porque hayan cometido delitos, sino por la incomprensión del español y del lenguaje técnico del derecho cuando se enfrentan al sistema de justicia penal, afirmó el especialista en Derechos Humanos, Luis González Placencia, durante su participación en Conexión Veracruz.
A partir de los datos que hizo públicos la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) sobre la excarcelación de dos mil 773 indígenas de los ocho mil 558 que se encontraban recluidos desde 2013, el ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal dijo que si bien existen avances legislativos e institucionales para proteger los derechos de los indígenas y pueblos originarios, se mantienen los problemas de fondo.
“El problema se presenta en los hechos, en la manera como tratamos a la persona indígena. La incomprensión general que existe sobre el valor que tienen sus costumbres, tradiciones y la tendencia a no considerar su lugar en la historia, el lugar que han tenido y siguen ocupando en la historia de nuestro país”, comentó con los conductores Benita González y Alejandro Aguirre.
Como especialista en temas de discriminación, González Placencia identificó dos escenarios que afectan a los indígenas encarcelados: la no conciencia sobre la posible comisión de un delito, pues hay policías federal, estatales y municipales que no conocen sus usos y costumbres, por lo que terminan incriminándolos.
“Por ejemplo, en portación de armas, hay indígenas que utilizan armas para cazar animales, así lo han hecho a lo largo de años; o bien, utilizan algunas sustancias que, en el ámbito federal, son clasificadas como drogas. Y entonces, sin darse cuenta, cometen delitos, pero la autoridad electoral tampoco tiene conciencia de sus usos y costumbres”, explicó.
A los factores que mantienen a una población importante en prisión, sumó que muchos casos corresponden a personas inocentes que, a través de engaños, resultan involucrados por la policía y entonces son presentados ante el Sistema de Justicia Penal, y en estos casos los problemas inician porque su lengua originaria no necesariamente es compatible con el español.
Precisó que aunque hablen español no necesariamente comprenden el lenguaje legal que, como todos saben, es sumamente complicado, por lo que lamentó que los extranjeros cuenten con traductor cuando enfrentan un problema legal o penal en México, y en cambio no se garantice este derecho a nuestros compatriotas.
“Tienen derecho a que todas sus diligencias dentro del proceso se hagan en su lengua, para que puedan comprender cabalmente y no terminen, como sucede con frecuencia, autoincriminándose o tengan una defensa precaria que no entiende lo que hacen y dicen”, manifestó y como ejemplo de la minusvaloración comentó que a la fecha no se reconoce a sus expresiones artísticas como arte, sino como artesanías, y sus creencias no tienen rango de religión.