Raúl López Gómez/Cosmovisión
Pánuco: fuego amigo
De los 212 municipios del estado sólo en 16 se registró más de una fórmula de aspirantes a las dirigencias municipales del PRI. El saldo, producto del trabajo de diálogo y concertación realizado por el CDE que preside la ex alcaldesa de Xalapa, Elízabeth Morales, fortalece al instituto político tricolor en Veracruz y le abre mayores posibilidades de triunfo en las elecciones de diputados federales del año entrante.
Los líderes de sectores y organizaciones priistas reconocieron que esto no había sido obra de la casualidad, sino que era resultado de la mano firme con la que la ex munícipe xalapeña conduce la nave tricolor y el cuidado con el que ha llevado a cabo el proceso de renovación interno.
El domingo 7 de este mes, en su primera gira por la entidad para dar posesión a los nuevos comités municipales en las regiones de Veracruz, Boca del Río y Orizaba, Morales García informó que casi en todo el estado se lograron acuerdos para procesar este relevo en las dirigencias en unidad y concordia, y que en esos municipios donde se escucharon expresiones de desacuerdo ha estado atenta a oír sus planteamientos “con el ánimo de dirimir cualquier diferencia. Lo importante es buscar la unidad, siempre la unidad al interior del partido”, remarcó.
No obstante, la lideresa estatal del PRI recordó que la elección de nuevos dirigentes municipales se rige por una convocatoria que establece requisitos, procedimientos y plazos legales y estatutarios que deben cumplirse y verificarse puntualmente. Es la normatividad interna que se debe cumplir sin excepción “porque los institutos políticos estamos sujetos a las disposiciones de la Ley General de Partidos Políticos que estipula que nuestros procedimientos internos pueden ser impugnados en última instancia ante los órganos jurisdiccionales como el Tribunal Electoral, que puede revisar la legalidad de todos nuestros actos y resoluciones”, apuntó Elízabeth en entrevista.
Y al preguntársele sobre las inconformidades que había entre algunos militantes y sus grupos que aspiran a liderar los comités municipales, Morales García respondió que
“no es con estridencia o presiones como se accede a la dirigencia en un municipio, es a través del cumplimiento, por parte de los aspirantes, de los términos de las convocatorias expedidas para tal efecto. Debo subrayar, no obstante, que lo que ha sido fundamental en todo este proceso ha sido la disposición de todos los actores políticos al diálogo y la búsqueda de consensos”, afirmó.
Once días después, el 18 de septiembre, en su gira por la Cuenca del Papaloapan y el sur de la entidad, la presidenta del CDE del PRI expresó a sus correligionarios que “los priistas estamos más unidos que nunca y una muestra de ello es la renovación de los comités municipales, donde la apuesta de la militancia fue hacia el consenso y la suma de fuerzas, lo que hizo que se inscribieran fórmulas únicas en su gran mayoría y en los pocos casos donde hubo más de un registro se eligió democráticamente entre dos propuestas”.
Sin embargo, a espaldas de la ex alcaldesa capitalina, en el CDE del PRI hay un Judas que la está traicionando ya que al parecer es más leal a los intereses facciosos del titular de una importante dependencia del Gobierno del Estado, con el cual mantiene una estrecha relación desde el sexenio del ex gobernador Miguel Alemán Velasco (1998-2004).
Y es que resulta que en Pánuco, donde sólo fue registrada una planilla de unidad encabezada por Rigoberto Castellanos Ahumada –quien es director de Educación de ese Ayuntamiento, y no Regidor como falsamente se ha desinformado–, se estaría orquestando desde la Secretaría General del CDE del PRI, a cargo del boqueño Alfredo Ferrari Saavedra, una campaña de difamación en contra de este profesor jubilado para impedir de última hora que asuma formalmente la presidencia del Comité Directivo Municipal priista.
A Castellanos Ahumada lo quieren quemar en leña verde porque presuntamente participó en 2013 en la manifestaciones del magisterio veracruzano en contra de la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto. Sus detractores buscan desacreditarlo remarcando que “odia” al jefe del Ejecutivo federal. Sin embargo, la secretaria de Organización del CDE del PRI, Corintia Cruz Oregón, en su momento avaló su candidatura porque, detalló, fue promotor del voto en la campaña presidencial de Peña Nieto en 2012; lleva cinco años viviendo en Pánuco; desde hace años milita en el Revolucionario Institucional; está al corriente del pago de sus cuotas al partido; ha participado en cursos de capacitación del tricolor, y cuenta con el apoyo de todos los sectores priistas.
Pero en una importante oficina del ala izquierda de Palacio de Gobierno hay un funcionario de origen panuquense que parece no entender que los nuevos tiempos del priismo han cambiado en Veracruz y México con el gobernador Javier Duarte y el presidente Peña Nieto, en cuyos gabinetes han incorporado a ex militantes del PAN y PRD que en el pasado reciente fueron enemigos acérrimos del tricolor. Bueno, él mismo y su hijo son el mejor ejemplo, pues han sido diputados locales y alcaldes a base de traicionar al PRI y al PAN.
Sorprende la complicidad de Ferrari, pues él mejor que nadie sabe que en Pánuco ya no puede haber marcha atrás ya que sólo se registró una sola planilla y los plazos de la convocatoria ya están cerrados. ¿De qué se trata entonces? ¿De perder ese distrito en 2015?
Esa sí sería una grave traición al presidente Peña y al gobernador Duarte.