Al pie de la letra

* HERENCIAS

El gobernador Javier Duarte está por cerrar el cuarto año de su administración y ésta es la hora en que el mandatario veracruzano aún sigue batallando con los dos principales problemas que heredó del régimen de Fidel Herrera Beltrán: la inseguridad y una deuda pública cuyo monto oficial reconocido originalmente fue de 40 mil millones de pesos.

El viernes 12, por ejemplo, tuvo que desactivar una manifestación de empresarios locales que habían amagado con marchar este domingo para exigir el pago de sus adeudos. Los representantes de las cámaras empresariales fueron atendidos en el secretario de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac; por el secretario de Desarrollo Económico, Erick Porres; por el contralor Ricardo García Guzmán, y por el tesorero de la Sefiplan, Tarek Abdalá.

Para cumplir estos compromisos financieros que heredó, el gobernador Duarte no ha recibido hasta ahora apoyo decisivo del gobierno federal, aunque hace un par de semanas el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, afirmó que a partir de este año a Veracruz comenzaría a irle muy bien en materia de participaciones federales.

Sin embargo, en materia de seguridad, para combatir a los grupos del crimen organizado enquistados en la entidad, el jefe del Ejecutivo del estado sí ha obtenido por parte de la Federación un importante respaldo desde la administración del panista Felipe Calderón, pues en 2011, con el apoyo de la Marina Armada de México, echó a andar el blindaje “Veracruz Seguro” que luego se replicó en otras regiones del país.

Ciertamente la violencia y las ejecuciones por parte de los grupos del narcotráfico aminoraron pero ahora se ha disparado el número de secuestros. Empero el esfuerzo del gobernador por recuperar la tranquilidad no cesa, pues este sábado 13 anunció que en los próximos días entrará en operación la nueva Fuerza Civil del Estado, la cual, dijo, no es una ocurrencia ni un modelo policial que haya surgido “de la noche a la mañana”.

Entrevistado este sábado, Duarte apuntó que desde el inicio de su régimen se trabaja en la conformación de este agrupamiento de élite, el cual contará con elementos policiacos que no sólo recibieron capacitación especial en diversos campos sino que han sido evaluados y certificados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Detalló que los efectivos de la nueva Fuerza Civil del Estado contarán con salarios dignos, equipamiento y unidades de alta tecnología, y con un adiestramiento especial para utilizar armamento sofisticado para resguardar a la población. Ojalá que, para bien de los veracruzanos, este nuevo cuerpo policiaco dé resultados. Sería una excelente herencia.

XALAPA, BUENAS FINANZAS

En Xalapa se asegura que se están haciendo bien las cosas. Esta es la perspectiva que en el ámbito de las finanzas y las inversiones de primer nivel se tiene en base a resultados concretos. La administración municipal que preside Américo Zúñiga ha sido muy cuidadosa en el manejo de sus finanzas y ha avanzado notablemente en los temas que impactan sensiblemente el presupuesto de la capital estatal como es el caso de la recaudación tributaria, la gestión de recursos públicos de los programas federales y el pago de la deuda municipal, punto crítico para muchos gobiernos municipales del país que, incluso, lo han llevado a la moratoria financiera.

En Xalapa la historia va en otro rumbo. La capacidad de las finanzas municipales de la administración de Américo Zúñiga le han permitido una acción de impacto como es el pago adelantado del finiquito de una deuda bancaria por 50 millones de pesos, adquirida en 2009, lo que implicó un desembolso no obligatorio de un recurso que le va a permitir el ahorro de algunos intereses, consolidar positivamente su historial crediticio y mandar un mensaje de orden administrativo que es un magnífico dato para los inversionistas que buscan garantías sólidas para el desarrollo de proyectos productivos.

Américo tiene muy claro que la obligación de un gobierno municipal es la de generar condiciones no solo de atención de las necesidades de una ciudad como Xalapa, sino el de generar expectativas de crecimiento, basado en una correcta administración del erario público, sustentada en una comunicación política y social que son la base de la gobernabilidad y el impulso de proyectos de innovación urbana que incluye temas de infraestructura, equipamiento, servicios de calidad, movilidad y desde luego incremento en la calidad de vida de los ciudadanos.

Otro aspecto relevante es la atracción de inversiones que generen empleo, lo que sólo sucede si a la vista de los empresarios emprendedores hay condiciones para hacerlo.

Esta es la importancia de datos específicos como el pago adelantado de la deuda pública, los reportes de consultoras de riesgos –que han manejado referencias positivas de Xalapa y su administración–, así como el reconocimiento en los resultados de la recaudación del impuesto predial, piedra angular en el presupuesto municipal, que ubica en posición relevante a esta ciudad, alcanzando un 85 por ciento de cumplimiento ciudadano, cuando la media nacional apenas rebasa una respuesta del 60 por ciento.

Evidentemente en Xalapa hay temas pendientes, pero las bases para salir adelante se han colocado y las expectativas se sustentan en más obras, mejores servicios y tantos otros proyectos de desarrollo que están a la vista. Américo está haciendo la tarea.