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MÉXICO, D.F., 7 de septiembre de 2014.-Ibrahim Guillermo Castro Torres, alumno del doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM, demostró en un modelo experimental que el rábano negro desintegra los cálculos biliares de colesterol, ayuda a la función biliar y hepática y reduce el colesterol en la sangre.
Desde que realizó su tesis de licenciatura en el Laboratorio de Neurofarmacología de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, para graduarse como químico farmacéutico biólogo por la Universidad Veracruzana (UV), el joven científico ha estudiado esa planta, de tamaño semejante al de la jícama, que a diferencia del pequeño rábano rosado que comemos en el pozole, tiene la cáscara negra, es picante y posee aplicaciones medicinales propias.
Los cálculos son un problema de salud pública en México, frecuentes en adultos mayores, mujeres y personas con sobrepeso. Producen dolor intenso y la pérdida del órgano que los aloja: la vesícula biliar, que generalmente es extirpada por los médicos gastroenterólogos; se trata de un órgano importante para el proceso digestivo, dijo.
Con forma de pera y ubicada bajo el hígado, la vesícula biliar almacena bilis, un líquido producido por el hígado, que ayuda a la digestión y transporte de lípidos o grasas.
La vesícula biliar libera la bilis directamente en el intestino delgado (duodeno) y con ello facilita la absorción y transporte de las grasas consumidas en la dieta y que provienen del estómago.