Gabriel García-Márquez/Sentudo común
¡Qué me ves güey!
El Instituto para la Economía y la Paz acaba de dar a conocer una nota que sería de ocho columnas si los pueblos del mundo no anduvieran a la greña. De acuerdo con su último estudio sólo 11 de los 162 países que existen en el planeta están en paz, es decir, no padecen guerras internas ni problemas bélicos con otras naciones o grupos armados.
No cabe duda que los humanos somos agresivos por naturaleza. Eva tenía apenas unos años de haber parido a Caín y Abel cuando aquel se despachó a su hermano con un quijada de burro. Si al envidioso y neurótico chamaco se le hubiera ocurrido seguirse con su madre y su padre Adán, tu y yo no hubiéramos nacido, lector.
Desde el primer homínido que apareció hace tres millones de años hasta nuestros días, el hombre siempre ha buscado la manera de partirle la madre a sus semejantes. Tan es así que antes de inventar un lugar para vivir, un vehículo para viajar o una cantina dónde pasar un rato de solaz y esparcimiento, inventó un arma para cazar animales, pero también para cortarle el hilo de la vida a quien se le pusiera al brinco.
Sin excepción, todos los libros de historia hablan de guerras que han estallado por límites territoriales, conflictos religiosos, una mujer, un líder político o por el clásico ¡qué me ves güey!
Mi maestro de historia, Gastón Timoteo Argote, nos apantalló un día en la secundaria al asegurar que desde que el mundo es mundo la humanidad entera ha vivido en paz sólo 75 años. ¿De dónde sacó el dato? jamás nos lo dijo. Pero yo le creo porque aparte de rollero era un sabio el tipo.
De acuerdo con el IEP los únicos países que no tienen problemas bélicos son Suiza, Japón, Katar, República de Mauricio, Uruguay, Chile, Botswana, Costa Rica, Vietnam, Panamá y Brasil. El índice de paz global se mide con los datos del año anterior. Es decir, Brasil por ejemplo, no entrará en las listas de paz del 2015 por las protestas violentas que hubo este año antes y durante el Mundial de Fut.
Lo que me sorprende es que no esté en esa lista un país como Islandia, que es una lindura de lugar e invariablemente ha ocupado el primer sitio entre las naciones más pacíficas. Quizá ha de ser porque las erupciones de sus volcanes no la dejan en paz y el IEP las toma como agresiones internas.
No deja de ser paradójico que Suiza, país ajeno a las guerras y conflictos internos con grupos extremistas, sea una nación en paz, cuando es uno de los principales fabricantes de armas del planeta.
¿Y México? Ay con México.
Nuestro país ha vivido conflictos internos y externos casi desde su fundación. Actualmente debido a los problemas que existen en varias entidades con el crimen organizado no es novedad que no aparezca en esta lista. De hecho la única paz de la que hemos oído hablar las generaciones actuales es la paz porfiriana. Pero de ahí en fuera, puras broncas porque además somos muy sacalepunta y nos enchilamos por todo.
Va un ejemplo. Cuentan las malas lenguas que el primer individuo al que Pancho Villa mandó al otro mundo no fue el caporal que andaba tras su hermana, sino un sujeto que lo miró feo. Al grito de «qué me ves muchachito jijo de tu…», Pancho que en aquel tiempo se llamaba Doroteo, sacó su pistola, mató al sujeto, se peló al monte y meses después bajó del cerro para integrarse a la raza que armó la revolución.