Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Profesionales “patito”
Desde hace años, colegios y asociaciones de profesionales de diferentes áreas han externado su queja por la proliferación de egresados de escuelas que no cumplen con los más elementales niveles en cuanto a la formación de sus alumnos.
Hace 3 años, en 2011, el ex procurador general de la República, Diego Valadés Ríos, se refirió al tema de la proliferación de profesionales de dudosa capacidad y calidad. Sobran las expresiones parecidas en prácticamente todos los ámbitos profesionales del país.
En el Senado de la República, hace unos meses fue retomado el tema por tres legisladores de diferentes partidos: Arely Gómez, del PRI; Manuel Camacho Solís, del PRD; y Roberto Gil Zuarth, del PAN, quienes integran la comisión de justicia y en esa calidad presentaron de manera conjunta una iniciativa que busca prohibir el ejercicio de profesionistas no calificados.
En síntesis, dicha propuesta de los legisladores obligaría a médicos, abogados, contadores, ingenieros y arquitectos a certificarse en los colegios profesionales para tener derecho a ejercer; y quienes incurran en conductas deshonestas o que pongan en duda la calidad de su desempeño serían boletinados para que la población se entere y evite contratarlos. Es un tema que está en comisiones del Senado.
Este lunes, reapareció en Xalapa el ex rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, quien también manifestó su opinión sobre dicho tema; dijo que los gobiernos federales y de los estados deben intervenir para obligar a las universidades privadas a elevar el nivel para formar mejores profesionistas. Incluso, señaló que muchas casas de estudios superiores deben cerrar porque son un fraude.
El ex rector de la UV expuso que en el país funcionan unas 3 mil universidades privadas, pero que la investigación científica y tecnológica sólo se realiza en instituciones públicas y muy pocas particulares, como el Tecnológico de Monterrey, la Anáhuac, la Iberoamericana y la de Las Américas.
Arias Lovillo retoma un tema que resulta preocupante para quienes aspiran a cursar estudios superiores pero que no encuentran espacio en la universidad pública.
Lo malo es que muchas de esas 3 mil “universidades” particulares funcionan de manera improvisada, sin catedráticos calificados, sin planes de estudio actualizados, sin campus adecuados, y, por si fuera poco, produciendo miles de egresados sin nivel para ejercer.
Cada año se revocan más de mil 800 programas de licenciatura en nuestro país y brotan otros que también son un fraude por la falta de calidad académica.
En internet hay escuelas que ofrecen títulos universitarios por 30 o 35 mil pesos; lo lamentable es que miles de jóvenes recurren a esos establecimientos comerciales, que no universidades, en busca de un futuro profesional. Lo peor es que debido a los vacíos legales, prácticamente cualquiera puede abrir una escuela.
Imagine usted el daño que puede ocasionar el egresado de una escuela “patito” en quien deposita su confianza para una defensa jurídica, para la contabilidad de su empresa o para la construcción de su vivienda. @luisromero85